Monthly Archives: diciembre 2016

La soltería en la adultez

By | Amor | No Comments

Es real que hoy en día muchos  jóvenes o adultos, (ya no sé en qué categoría se colocan a las personas de entre 30 y 40 años), están solteros.

En la actualidad, con las influencias del autoconocimiento, del sentido de vida, del quererse bien y respetarse, de la psicología positiva, etc. muchas personas deciden, ya adultas, terminar con sus parejas porque no se sienten plenos manteniendo ese vínculo.

A menudo pasan por un período en el que no quieren estar con nadie (en cuanto a pareja formal), sienten que necesitan un tiempo de soledad y por lo tanto comienzan una etapa en la que se dedican a conocerse a ellos mismos, a pensar en qué es lo que buscan, a viajar, a cultivarse académicamente, etc. Esa época del “ahora lo que quiero es centrarme en mi”.

Parece como que hoy en día tardamos más años que antes en ser “adultos de verdad”, como que todo nos empuja a hacer las cosas más tarde, terminamos más tarde los estudios, tenemos pareja formal más tarde, tenemos hijos más tarde, encontramos un trabajo estable más tarde…, todo lo retrasamos, o nos lo retrasan, no sé qué expresión sería la más adecuada.

Es cierto que no todas las personas viven igual la etapa de estar solo, hay distintos tipos de solterías y no todas se viven del mismo modo:

  • Soltería como opción de vida.
  • Como cuestionamiento del estilo de vida asignado.
  • Como oportunidad para “crearse” a uno mismo y estar en mejores condiciones para encontrar una buena pareja.
  • Como algo que uno NO ha elegido, y que siente que le han impuesto.

imagesIndependientemente de cuál sea la posición y/o interpretación de uno de su soltería, todas las opciones han de lidiar en su cotidianeidad con los estereotipos existentes sobre el tópico de que a cierta edad, uno debe estar en pareja, de pronto, te acabas de convertir en “el rarito/la rarita” que no encuentra pareja, algunos dicen: ¿Cómo puede ser?, ¿no será que pides mucho?… y uno al final hasta se cuestiona a sí mismo.

 

Una vez que ya sentimos que hay muchas cosas que van solas en nuestra vida, de pronto nos hacemos conscientes de que nos apetece encontrar el amor, compartir todo lo que somos con otra persona que también esté ya completa y realizada. Y zas! ¡Golpe contra la pared!, somos adultos, (unos más que otros) y aún nos queda mucho por hacer. Lo que ahora queremos, puede que nos cueste alcanzarlo el mismo tiempo que una licenciatura.  No es ni fácil ni rápido coincidir con alguien que nos despierte interés y que además con el tiempo sea capaz de mantenerlo.

Empieza esa época de buscar amores, de conocer personas, de ver que realmente no es tan fácil, que no se conoce a alguien de la noche a la mañana que realmente te apasione y que comparta tu forma de entender el mundo. Empiezas a reírte de ti mismo, de lo que estás viviendo, y desdramatizas, porque en realidad sabes que el amor no va a llamar a tu puerta, que algo vas a tener que hacer tú también, aunque en realidad desearías que llamase. Y le quitas hierro al asunto, porque si no lo haces tirarás la toalla, y sabes que esa no es tu opción, (salvo para los que han decidido voluntariamente estar sin pareja). El que algo quiere, algo le cuesta, y esto del amor no es como la lotería, o sí, depende, unos lo encuentran con poco esfuerzo y otros han de comprar muchos boletos.

No quiero hacer un post dramático, pero tampsolteriaoco quiero omitir lo que algunas personas viven porque es real y muchos se sentirán identificados y les gustará saber que no son los únicos que sienten las mismas carencias o el mismo malestar, aunque sepan que no es grave, ni tan siquiera el fin de nada. No estamos muy acostumbrados a vivir situaciones que no son como las que querríamos estar viviendo, y si se mantienen en el tiempo a veces se nos hacen un poquito cuesta arriba.

Es común que entre los 30 y los 40 años se tengan muchos amigos en pareja, casados o no, con hijos o sin ellos, y cuando es uno mismo el que no está en esa situación en ciertos momentos le cuesta llevarlo siempre a la perfección. A veces pesa, es completamente cierto que la felicidad no se obtiene gracias a tener o no tener pareja, en absoluto, pero también es real que hay muchos que desean tenerla y no la encuentran, sobre todo porque han aprendido a no elegir a cualquiera, a darse tiempo para coincidir con la que buscan, y eso convive también con otra realidad, la de sentir que el tiempo les apremia, como si perdieran su tren, situación que puede generar tristeza y agobios en ciertos momentos.paperorigamibannervector-1422727348gkn48

En realidad sólo quería decir que a los que desean que el amor llegue a sus vidas, CALMA, paciencia, porque es real que todo llega, a veces no cuando uno quiere, (eso los adultos empezamos a vivirlo más de lo que nos gustaría), pero llegar llega. Que entiendo que a veces cuesta, que a veces uno llega a tener momentos de pérdida de esperanza, pero no, CALMA. Hay que aceptar la tristeza o la ansiedad cuando surja, no pasa nada, hay que dejar fluir lo que hay en nuestro interior, pero llenos de malestar seguro que no coincidimos con nadie interesante, así que sin hacer de ese estado un vicio, caminar, hay amor en todas partes, llenarse de él mientras no coincidimos con el amor de pareja es la mejor de nuestras opciones.

No pierdas la esperanza, conéctate con el pensamiento de: “si no lo creo no lo veo” y sigue dando pasos, cuando menos te lo esperes llegará la flor de tu camino.

¿Qué hace a una persona inteligente emocionalmente?

By | Inteligencia emocional | No Comments

«Allí dónde la vida levanta muros, la inteligencia abre una salida» Marcel Proust.

 

Mucho se habla de la Inteligencia emocional, muchos dicen serlo y juzgan que otros no lo son nada. La verdad es que explicar la Inteligencia emocional en un sólo post es no difícil sino más bien imposible, es un tema que recoge muchísima información, pero… por algo se empieza, otros día seguiré hablando del tema.

Es cierto que no todos tenemos las mismas capacidades de Inteligencia emocional, o por lo menos no todos las tenemos tan desarrolladas.

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Las personas que tienen alta inteligencia emocional aplican constantemente ciertos hábitos en su día a día. Algunos de ellos son:

  • Centrarse en lo positivo: Cuando se sienten mal buscan si tienen un problema, si existe se orientan a la búsqueda de soluciones, se centran en sus capacidades más que en sus limitaciones y se ponen manos a la obra. asumen que su vida es suya y que no todo lo que en ella ocurre es negativo.
  • Pensar y mirar hacia delante: Tienen la capacidad de aprender de sus errores aceptándose como humanos y perdonándose por ello, no viven esos errores como algo que sigue hoy en día y que les marcará de por vida. Viven el presente, no están constantemente rememorando el pasado ni ideando el futuro.
  • Rodearse de personas optimistas: Suelen elegir a conciencia a las personas que les rodean, escogen a personas que les aporten confianza, con las que compartir conversaciones enriquecedoras y no mayoritariamente negativas, pesimistas o enjuiciadoras. comparten su vida con las personas con las que pueden ser ellos mismos, con las que se sienten cómodos para expresar lo que sienten, con aquellas con las que encuentran afinidad en la forma de entender el mundo y las relaciones.
  • Marcar límites: Asumen su responsabilidad para garantizar la calma en sus vidas, saben que de ellos depende, que no viene del exterior sino que uno debe colaborar en que el exterior altere cuanto menos. Por ello, son capaces de respetar sus límites, cuando deciden que algo es bueno para ellos tratan de garantizarlo, independientemente de que a otros les parezca o no bien. Saben decir No y lo dicen cuando es necesario, respetan los compromisos que establecen con ellos mismos y con los otros y se dan tiempo cuando lo necesitan. Son educados y considerados, pero sin permitir que crucen los límites que les vulneren. Antes de hablar o de responder impulsivamente tratan de mantener la calma.
  • Elegir en qué invertir la energía: Tienen sus propias opiniones de ellos mismos, de los otros y del mundo y respetan que los demás puedan tener otras opiniones, no juegan a convencer, a criticar ni a manipular, pero al mismo tiempo tampoco permiten que los demás hagan eso con ellos. Deciden en qué invertir su energía emocional y los enfados, la ira o los conflictos no suelen ser sus elegidos. Prefieren invertir su energía en aquellas situaciones que entienden que les suman.11160580_10152880220733131_8677925156218975576_n
  • Aprender de sus pasos y de los pasos de las personas que les rodean: Están abiertos al conocimiento, al aprendizaje, están abiertos a nuevas ideas, escuchan de forma activa aunque también tienen su propio juicio en el cual confían, van aprendiendo conforme les van sucediendo cosas en la vida.
  • Pensar en qué invertir su tiempo: Analizan qué les gusta en la vida, qué les llena, qué les motiva, se lo preguntan regularmente para decidir en base a su propio autoconocimiento. Saben quiénes son, qué les motiva a ellos verdaderamente y por lo tanto se garantizan formas de vivir felices, divertidas y agradables para ellos. Saben que son ellos los que deben dar sentido a su vida y que sólo podrán hacerlo si antes se preguntan qué les mueve personalmente.

 

 

«Una persona inteligente es la que sabe qué hay que decir en cada momento, pero una persona sabia sabe si hay que decirlo o no». 

 

El amor se cocina con calma

By | Amor, pareja, Terapia de pareja | No Comments

El amor… tan ansiado por todos y a la vez tan temido.

Ayer le explicaba a una paciente que las emociones intensas, las desmesuradas, no son buenas ni cuando nos referimos a emociones «negativas» como la tristeza o el enfado, ni cuando hablamos de las «positivas» como la alegría o el amor. Ese descontrol de emoción nos lleva a tener conductas impulsivas, que en ambos casos, pueden ser nocivas para nuestro buen funcionamiento en la vida.  Explicaba que por ejemplo una persona que se inunda de amor en cuatro días puede tomar decisiones precipitadas como casarse, tener un hijo o irse a vivir con ese/a completo/a desconocido/a, algunas de esas decisiones tienen «fácil» arreglo, pero otras como tener un hijo ya te atan de por vida. Éste es un ejemplo de cómo ese desbordamiento de emoción positiva puede llevarnos a tomar decisiones precipitadas.

Si nos centramos en al amor, qué difícil es poner los pies en el suelo sin volar ningún día, todos los que saben lo que es estar enamorado entenderán esto que digo, ese éxtasis que parece que de pronto te forma en el que pierdes la noción del tiempo, del quién eres, del realismo y de la concentración. Ese éxtasis en el que de pronto no hay más vida que la otra persona, no hay más ganas que las de compartir y pensar en planes.

Sí, es cierto, el amor es un huracán que no deja a nadie ileso, en todos surge y genera cambios y alteraciones. En cualquier caso, al tener tanto poder hemos de tratar de vigilarle si no queremos que se apodere de nosotros nublándonos todo rastro de sentido común.

El amor se cocina con calma, igual que en la cocina o en tantos otros oficios. Hay platos que a simple vista parecen deliciosos, pero que luego les falta sustancia o algún punto de sal y nos decepcionan. Hay vinos con buenas etiquetas y buen color, pero que después están picados aunque no lo pudiésemos imaginar. Con las personas pasa lo mismo, al conocer a alguien hemos de darnos calma, a simple vista, (sobre todo si la persona lo que desea es agradarte), muy probablemente llame nuestra atención y nos guste, pero sólo con el tiempo podremos valorar si realmente nos encaja tanto como para elegirle y emprender un camino juntos lleno de amor y alguna que otra riña. 😉

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Sólo con tiempo podremos ver todas las caras que definen a esa persona, y sólo entonces tendría sentido dejarse llevar por el amor. Sólo cuando de verdad entendiésemos que esa persona, al menos a día de hoy, (quizás luego cambie o bien lo hagamos nosotros), es fantástica con sus defectos y virtudes para nosotros, sólo cuando con datos pudiésemos valorar que nos vale la pena arriesgar, seamos sinceros, cuando dejamos que alguien entre en nuestra vida y en nuestro corazón, le damos cierto poder para alterar para bien o para mal nuestra calma, hay que elegir bien qué debilidad puede terminar con nosotros.

En consulta vemos a muchas personas que se han enamorado locamente en poco tiempo y que lo han hecho sin llegar a conocer quién es verdaderamente la persona que desean que comparta sus vidas, a menudo están muy tristes, desolados porque no entienden la reacción que ha tenido esa persona al decidir terminar la relación, ni tampoco el por qué lo ha hecho. Lo entiendo, de veras, cuando conocemos a alguien generamos expectativas de cómo creemos que es esa persona, y también de cómo nos gustaría que fuese, la mayoría de las veces esas expectativas las hemos construido en base a la cara que esa persona ha querido mostrarnos en los inicios, pero lo cierto es, que una persona no es sólo lo que muestra en una cara, tiene más, la decepción llega porque no queremos creer que esa persona que nos gustaba tanto y que nos parecía tan perfecta para nosotros no lo sea, nos negamos a ver la realidad, ya hemos decidido y ahora no queremos cambiar.

¿Por qué no cambiar cuando realmente vemos que no es para nosotros?

¿Por qué seguir queriendo estar con alguien que no nos valora lo suficiente, o que nada tiene que ver con nosotros más que lo que nos quería hacer creer que tenía?

La respuesta suele ser sencilla, hemos volado en vez de caminar, hemos construido castillos en el aire, nos hemos dejado llevar por esas primeras impresiones sin darnos tiempo para comprobar si realmente el plato es tan bueno como parece, sin probarlo hemos decidido que es el mejor que jamás hemos visto, nos hemos precipitado en la elección y en el juicio.

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Si estáis de lleno en ese momento de conocer a alguien, hacerlo, sin duda, vivirlo y disfrutarlo, no lo penséis ni analicéis todo, ese es un error, pero daros tiempo para conocer, caminar con los pies tanto como sea posible en la tierra, deciros la verdad: «de momento me gusta y me apetece seguir conociéndole/a para valorar si es así de verdad», «de momento le gusto y le apetece seguir conociéndome para ver si realmente quiere elegirme o no».

Contemplar que ambos estáis en el mismo momento, decíroslo de vez en cuando por si finalmente no ocurre lo que esperabais ni deseabais, que os guste no quiere decir que terminéis eligiéndola/o, que le gustes no quiere decir que finalmente decida que quiere compartir su vida contigo.

Deseo que la vida os ponga a personas valiosos de frente, personas que además enseguida valoren que sois lo que andaban buscando, y que además sepan cuidarlo y cultivarlo, pero también deseo que si os pone a una que no os hará felices sepáis despedirla sin sentir que os falte el aire.

¡FELIZ FIN DE SEMANA!