Monthly Archives: febrero 2018

¡¡¡¡A volverse locos!!!!

By | Inteligencia emocional | No Comments

Muchos aún siguen diciendo que al psicólogo van los locos y que ese no es su caso. Respetable es…. ¿Será por opiniones?
En mi opinión, (que también es respetable la mía), al psicólogo van las personas que se arriesgan a sentir, las que quieren y dan lo mejor de sí mismas, las que se cuestionan, las que apuestan por ellas, las que tratan de buscar un sentido de vida mejor porque entienden que la vida es demasiado corta como para pasar los días sin pena ni gloria.
Al psicólogo van las personas que se atreven a reconocer que son humanas, que sienten, que se equivocan, que no saben de todo. Vienen las personas que saben que a veces los humanos necesitan ayuda y que entienden que no hay nada malo por reconocerse humanos y por lo tanto, por qué no buscar esa ayuda allá donde puedan dársela.

Las personas que van al psicólogo son las que no tienen miedo de bucear por su interior, o quizás sí que le tienen miedo, pero aún así son valientes como para por lo menos intentar enfrentarse a él. Vienen las personas que se quieren, las que aunque se encuentren mal, apuestan por ellas y no aceptan vivir de cualquier modo. Las que entienden que si cambios nada cambia y que en su vida nadie más que ellos pueden generar las situaciones que precisan para ver resultados distintos.
Al psicólogo van las personas optimistas, sí, porque aunque ahora puedan verlo todo negro azabache confían en que alguien les ayudará de nuevo a ver luz.
¡Que me llamen loca! A mi la verdad es que me da igual lo que me llamen, sé perfectamente quién soy y me acuesto con la conciencia tranquila cada día. Pero vamos, que si los locos somos los que sentimos, vivimos, arriesgamos, amamos, lloramos, echamos de menos, queremos aprender, queremos mejorar, sentimos miedo porque nos arriesgamos a los cambios y nos negamos a estancarnos… entonces yo quiero ser una eterna loca.
Dicen que cada decisión que tomamos es una declaración de cuánto nos valoramos a nosotros mismos, parece que intentar vivir lo mejor posible y trabajar en descubrir quién somos y qué nos mueve es una buena muestra de amor hacia uno mismo. Si eso es de locos, ¡que lo sea!

¿Huir? ¿Para qué? ¡Enfréntate!

By | ansiedad | No Comments

No podemos huir de lo inevitable porque termina volviendo a plantarse frente a nosotros.
No cabe duda de que cuando tenemos algo que resolver, por mucho que tratemos de ignorarlo, de pensar en otra cosa, de distraernos haciendo otra cosa o lo que sea, al final esa preocupación vuelve a nosotros, es nuestra vida, es nuestro bienestar lo que está en juego y escapar de ello es perjudicarnos a nosotros mismos en muchos más ámbitos.
Cuando algo nos inquieta tenemos la responsabilidad de ocuparnos de ello, ponernos manos a la obra y coger el toro por los cuernos. ¿Si no qué?
Hay situaciones que se resuelven por sí solas, que sólo precisan de tiempo y en las que no podemos o no tenemos que hacer nada más que esperar, por ejemplo si nos cortan el pelo y no nos gusta como nos queda dejamos pasar el tiempo y el problema se resuelve, pero en general, la mayoría de los problemas que nos afectan requieren de nuestra atención y colaboración. 


La respuesta de huida o de evitación es típica ante una situación de incertidumbre o miedo, pero si nos dejamos llevar por ella nuestro problema no hará nada más que aumentar, mantenerse en el tiempo y/o generar nuevos problemas.
Cuanto más tiempo dejes pasar, más fuerza cogerá el problema, tus rumiaciones acerca de todo lo malo que podría pasar van siendo cada vez más realistas, no sólo parecen un simple pensamiento sino que cada vez las crees más ciertas.
Es evidente que para resolver problemas cuánta más energía y actitud tengamos menores dificultades encontraremos para empezar a ocuparnos, pero claro, todos los que habéis rumiado o rumiáis de vez en cuando sabréis lo agotador que resulta el pensar en bucle una y otra vez, así que evidentemente, cuánto más tiempo pasa sin que empecemos a actuar con nuestro problema y más rumiamos más agotados estamos y menor actitud para enfrentarnos a él.
Hay que tener en cuenta que en nuestra mente los problemas siempre parecen peores que en la realidad, piensa en todos aquellos problemas a los que te has enfrentado y en cómo de gigantes te parecían entonces y cuánto lo eran en realidad.
No te enfoques sólo en el miedo, es más enfócate básicamente en lo que obtendrás una vez resuelvas ese problema. 

Recuerda los motivos por los que empezaste

By | PAREJA/AMOR/DESAMOR | No Comments

¿Quién no ha desesperado en algún momento y se ha olvidado hasta de por qué está dónde está?
¿Quién no ha tenido algún momento de flaqueza en el que ha sentido perder la energía, la seguridad, la confianza y/o las ganas de seguir esforzándose un poquito más para mantener una relación?
A veces nos cuesta hasta cuidarnos a nosotros mismos, ¿cómo no nos va a costar en ciertas ocasiones sacar energía de dónde no la encontramos para resolver problemas con otra persona?
Ocurre. Según el momento vital que vivamos todo se nos hace más cuesta arriba de lo que quizás supone en realidad. 


En esos momentos más complicados en los que ya no encuentras el para qué esforzarte es cuando más necesitas conectar con los motivos que te llevaron a decidir que esa persona era una buena elección para acompañarte en muchas de tus aventuras.
Ahora quizás sientes enfado, tristeza, desconfianza, decepción, dolor, lo que sea que te aleja verdaderamente de quién es esa persona que comparte contigo la vida. Por un momento aléjate de lo que estás sintiendo ahora y trata de reconciliarte contigo, con tus elecciones de vida y con la otra persona.
Piensa en quién es en realidad. ¿Qué te gustó de él/ella? ¿Qué tenía y tiene que le/la hacían tan especial?
Seguro que ha cometido errores, seguro que ha dicho alguna palabra que no fuese demasiado acertada, seguro que podría haber hecho y dicho más, seguro, pero ¿y tú? ¿Crees que tú no podrías haber actuado de otro modo en algunas ocasiones? Muchas veces en las relaciones nos centramos en discutir con el fin de ganar y hacer perder a la otra persona.

Hay que entender que ganar siempre implica comprender, respetar y desear lo mejor. El amor en realidad no puede contener culpas.

Aléjate por un momento de lo que «debería haber dicho o hecho» y conecta con quién es y cómo ha tratado «dentro de sus posibilidades» de hacerte feliz.
Date la oportunidad de pensar en alguien pensando en el conjunto que representa y no sólo en las cosas que te han herido.

Y todo pasa…

By | Aceptación | No Comments

Todo pasa, todo.
Sabemos que al principio vivimos las cosas mucho peor de lo que son, las sentimos así y confundimos lo que sentimos con la realidad, pero al final la experiencia nos enseña que las emociones van cambiando con el paso del tiempo, y que con ese cambio, nuestra percepción de la realidad también va cogiendo otras formas.
En los momentos en los que peor nos encontramos es cuando más tenemos que tener en cuenta esto, si queremos seguir sintiéndonos ancla aunque haya mucha marea, necesitaremos por lo menos ver algo de claridad, puede que no la sintamos ahora, pero por lo menos que podamos creer en que con el tiempo, como tantas otras veces o en tantas otras situaciones, iremos sintiendo otras emociones y por lo tanto veremos que aquello que parecía tan terrible, en realidad no lo era tanto.

Puede que haya alguna que otra tormenta a tu alrededor, pero no dejes que esta te arrastre y lo enfangue todo diciéndote que en esta ocasión será peor.

Seguro que si colaboras y sigues en la medida de lo posible con tu día a día, poco a poco descubrirás que sólo era una experiencia más, verás que como las otras, ésta también termina enseñándote que puedes con esto y con más. 

Confía, se te cierra una puerta y se te abren muchas ventanas.

No dudes que la vida siempre te hace favores, aunque al principio no puedas entenderlo así.