pareja

Las rupturas….

By | Terapia de pareja | No Comments

Las rupturas de pareja… ¿Cómo empezar este artículo?

Las rupturas duelen, las rupturas forman parte de la vida, las rupturas enseñan,…

Las rupturas son una MIERDA. La verdad es que sólo se me ocurre usar una palabrota para definirlas en una palabra, lo siento, pero los que me conocen saben que a veces enfatizo con ellas, (nadie es perfecto…) ?.

Existen distintas rupturas, no todas comparten el mismo escenario y por lo tanto no todas se viven igual ni generan las mismas consecuencias en las personas. Unas tienen más impacto que otras en nuestros sentimientos, no nos costará lo mismo superar una que otra.

Diferentes contextos de rupturas:

  • Ambas personas sienten, con calma y cariño, que es mejor no seguir con la relación, que ya no encuentran el sentido en mantenerla y que alejados como pareja la vida les irá mejor.
  • Ambas personas se sienten ya muy alejadas como pareja pero sólo de pensar en separarse les dan los siete males. Ya no tienen cosas en común, ya no saben lo que es la pasión si no es por las películas o los libros que puedan tener entre manos, ya no saben si su pareja es su pareja o; su compañero/a de piso, su amigo/a, su primo/a. No piensan en romper, pero en su interior saben que lo que tienen no es lo que esperan de una relación de pareja.
  • La pareja ha dejado de respetarse y de prestarse atención y cuidados, aunque antes lo hicieron, y mucho, se amaban, hoy se sienten incapaces de ver en el otro algo positivo. Cuando sientes que tu pareja saca lo peor de ti pero ahí estás. Ahora siguen por el pasado en común pero el presente les destroza, (como diría mi amiga Ana, malviven de rentas antiguas).
  • Una de las personas está locamente enamorada de la otra, pero ese sentimiento no es recíproco, y se nota día a día, un sin vivir con mucho sufrimiento por ambas partes. “Me encantaría quererte más pero no sé cómo”, vs. “Necesito que me quieras de nuevo más pero no sé cómo hacer para reenamorarte”. Una tortura china.
  • Una de las personas está locamente enamorada de la otra y no tiene ni la más remota idea de que la otra parte no siente en absoluto lo que sentía, no hay muestras en el día a día de ese cambio emocional, no se nota nada raro, así que el enamorado vive en una película, como en el Show de Truman, sin saberlo. Su pareja se muestra atenta, cariñosa, detallista, comprometida, pero guarda muchos secretos que tarde o temprano saldrán a la luz.
  • Una de las personas está encantada en su relación pero de pronto descubre que su pareja tiene un/a amante y/o una doble vida. Bomba nuclear.
  • Una de las personas está feliz en la relación y la otra le está haciendo la muerte lenta sin reconocerlo, cada vez le/la llama menos, le/la visita menos, le/la besa menos, etc. La persona cada vez dice tener menos tiempo para la relación, (curiosamente no hay ningún cambio en su día a día, no hay aumento de horas en el trabajo…, pero ahora no tiene el tiempo que antes sí que tenía). Lo peor de todo es que aunque sabes que te están haciendo la muerte lenta la otra persona no lo reconoce y gira la tortilla, eres tú que te estás rallando. Comienzo de la locura.
  • Una de las personas tiene que cambiar de residencia por trabajo, antes de ese cambio, “todo parecía estar bien” entre ellas. Como dicen la distancia hace el olvido, aprendemos a vivir sin el otro, a no necesitar ya su compañía, su afecto, su opinión, etc. y de pronto, pasa el tiempo, se vuelve a la situación inicial y ¡BOOM! Ya no sabemos por dónde empezar para sentirnos cómodos. Te añoraba, pero ahora sacar tiempo para ti o para tener relaciones se me hace cuesta arriba. Bienvenido a la nueva realidad.
  • Estábamos conociéndonos, todo pintaba bien, y de pronto, hemos empezado a darnos de cruces con la realidad, parecía súper pero tiene unas cosas tan raras y que me gustan tan poco… el príncipe azul era azul de tanto estrujarse para parecer otro que en realidad no es. Cuando ya se ha relajado ha perdido todo su encanto, nos hemos enamorado de un ideal que nos ha vendido y que en realidad nada tiene que ver con la persona con la que estamos. Empieza la duda; “Antes era así, ¿será que pasa por un mal momento?” “¿Será que verdaderamente no es así?” “Si ha sabido gustarme será que puede ser así, y si vuelve a serlo y me arrepiento de terminar la relación?” Empieza la rumiación obsesiva.
  • Hemos tenido una relación buena durante años y de pronto descubrimos que la persona con la que estábamos no es lo que nos había vendido, es un ser terrible que es capaz de lo peor. Nos enteramos de algo muy grave que ha hecho la persona con la que hemos compartido la vida durante años. (Abusos, robos…). De película de terror.
  • Hemos tenido una relación estupenda durante años y de pronto nuestra pareja nos hace saber que en realidad es gay, que lo ha escondido durante años, básicamente hasta que los hijos se independizasen y que ahora se va a vivir la vida con su nueva o antigua, pero escondida, pareja gay. Otra bomba nuclear.
  • Las cosas han empezado a ir “mal”, una de las partes sabe que todas las parejas pasan por ciertos momentos, la otra, decide terminar la relación y lo comunica por mensaje o con una llamada de teléfono, niega la posibilidad de hablarlo cara a cara o de intentar resolverlo.

Así, sin pensarlo demasiado, se me han ocurrido estos escenarios, seguro que hay más pero con estos ya puedo seguir con el propósito de mi post.

Sea por el motivo que sea, la ruptura existe, la vamos a tener que vivir y nos va a doler, sí, nos va a doler nos dejen o dejemos, y nos va a doler en todos los sentidos; físico, emocional y psicológico.

Se ha demostrado que las rupturas sentimentales duelen a nivel físico, no parten corazones en pedazos pero duelen. Se investigó en personas que miraban fotos de sus exparejas y se activaban las zonas del dolor, se liberan hormonas del estrés. Además duelen porque alteran nuestros ritmos habituales de sueño, digestión o alimentación, estamos agotados, como si nos hubiesen dado una paliza, desganados, nuestro sistema inmune se ve afectado. Nos convertimos en adictos, nos falta ese estímulo que aumentaba nuestra dopamina, (hormona relacionada con el enamoramiento, el placer y la satisfacción), nos faltan los besos, las caricias, los abrazos, la risa, la compañía y sobre todo esa “calma” que nos da saber que estamos acompañados en todo momento. En las rupturas nos volvemos obsesivos de todo aquello que hemos compartido con la que ha sido nuestra pareja y con la idea de que ya no compartiremos más cosas con él/ella.

Decía que las rupturas son una mierda por eso, porque sin duda vamos a tener que dedicar un periodo al malestar y son pocos los que encuentran el placer en esos estados transitorios, yo no, desde luego. Evidentemente si una ruptura se ha dado es porque tenía que darse, (aunque ahora no podamos entenderlo), y eso siempre es un regalo de la vida, con el tiempo lo veremos así habrá que tener paciencia, pero hasta entonces, hasta que entendamos que lo que pasó, pasó, tendremos que vivirla, sentirla, llorarla, negarla, odiarla, curarla y superarla. Nos guste o no esa será nuestra tarea y sin duda cuanto antes nos pongamos manos a la obra mejor, son nuestra calma y nuestro bienestar los que están en juego.

Es bueno que sepáis que las rupturas se superan, solemos sobreestimar el tiempo que tardaremos en superarlas, pero al final si seguimos con nuestra vida superamos las rupturas mucho antes de lo que pensábamos en los momentos iniciales. Se pasan, sí, de pronto uno/a despierta y ya no sabe cuántos días hace que ya no añora, ahora solo vive el presente, incluso puede que de nuevo esté empezando a sentir el amor por otra persona.

Las rupturas se superan, pero es importante saber que aunque sigan unas fases de duelo, el proceso no es lineal, TIENE ALTIBAJOS, podemos pasar de una fase a otra y de nuevo a la anterior, podemos arrepentirnos de la decisión, no hay que asustarse. Sobre todo al principio hay muchas contradicciones, y es normal, porque en una ruptura la persona no está con nosotros pero sigue viva, a veces es inevitable pensar en volver con ella y/o no dejarse llevar por los recuerdos o los miedos. La soledad es una realidad, es imposible llenar de un día para otro el hueco de una pareja, hay que aprender a lidiar con ello y al principio es doloroso.

No existe un remedio mágico que aniquile los síntomas de un plumazo, muchos vienen a consulta deseando que tengas la clave, que les haga dejar de añorar y recuperar de nuevo el sueño, el hambre o la alegría, pero no hay ningún remedio instantáneo.

Concluyendo que veo que de este post podría escribir un libro. Las rupturas duelen cuando las estás viviendo, sin duda no es lo mismo dejar a que te dejen, ni es lo mismo terminar bien que mal, ni terminar por decisión conjunta que con un dolor desgarrador, no es lo mismo, es verdad, pero sea cuál sea la situación previa la conclusión es la misma. Nos guste más o menos vivir una ruptura si forma parte de nuestra realidad habrá que vivirla y sin duda hay cosas que nos ayudarán más y otras que nos ayudarán menos. No conviene culparse por todo, ni compadecerse, ni pasar el día indagando en las redes sociales qué hace o dice, ni preguntar a nuestros amigos, ni hablar de ello a todas horas, ni parar nuestra vida, ni dejar de ser optimistas, ni abandonarnos a la suerte.

Las rupturas son desagradables porque duelen, en el momento se pasa mal y no nos gusta pasarlo así, pero con el tiempo, ¿verdad que ya habéis superado todas las que no creíais superar? ¿Verdad que si no hubiesen existido no habríais podido conocer a la que hoy es vuestra pareja? En la vida hay que tener paciencia, hay que darle tiempo al tiempo y hay que ser optimista y agradecido. Lo bueno es poder entender que en el momento lo pasaremos mal, pero con el tiempo esa experiencia habrá valido la pena, porque gracias a ella también somos hoy quienes somos.

 

Si te dice que te quiere, que te diga para qué.

By | Terapia de pareja | No Comments

Siempre digo que el «para qué» es de las preguntas más importantes de la vida. En el caso de las relaciones también lo es.
En consulta insisto mucho en esto de los para qués en general y en pareja aún más. Por ejemplo, de cara a hacer una terapia de pareja es bueno saber para qué esas personas quieren estar juntas, para qué les vale la pena hacer el esfuerzo que implica trabajar en la relación. 
Esa pregunta tiene que tener una buena respuesta, de no ser así, vemos que quién no encuentra qué decir a día de hoy acerca de sus motivos, no encuentra el sentido de la permanencia de esa relación y muy probablemente su esfuerzo será en vano.


Cuando estamos en un lugar se presupone que es porque así lo elegimos, cuando escogemos compartir la vida con alguien en particular es porque nos reporta bienestar y porque nos suma. Si los motivos por los que estamos al lado de alguien en un determinado lugar no se encuentran, es mucho más probable que se abandone el esfuerzo porque no se encuentra el sentido de llevarlo a cabo.
Es buenísimo saber que nos quieren, pero es vital saber qué es lo que les merece la pena, qué es lo que les aportamos, y qué es lo que pretenden (a día de hoy), que ocurra de nosotros y con nosotros en ese viaje. Es bueno saberlo de los otros y de nosotros mismos. qué buscamos nosotros, qué encontramos ahí, por qué nos merece la pena esa compañía…
Esos motivos son lo que llenan de sentido las cosas. Así que busca tus para qués en general y también puedes pedir que te compartan los suyos.

Yo no doy el primer paso, que lo de él, que lo de ella… y la quietud se hace eterna

By | Solución de problemas | No Comments

Curioso el ser humano… Muchos os veréis reflejados en esta imagen. Muy probablemente habréis vivido situaciones similares, momentos en los que queremos mucho a alguien y en realidad lo que más desearíamos sería acercarnos y arreglar ese problema que nos mantiene alejados y que nos tiene enfadados cuanto antes, pero al mismo tiempo, algunas de nuestras emociones o de nuestros pensamientos nos impiden llevar a cabo ese acercamiento. Al final somos como la pareja de la foto. «Debería» acercarse él…. «Debería» acercarse ella… Y al final, unos por otros la distancia se alarga y el malestar aumenta y se prolonga, en algunos casos llega a durar días, semanas o inclusos meses y/o años, y al final, ¿para qué? ¿Qué obtenemos del orgullo y de la cabezoneria?


Hay parejas, amorosas, de amig@s, de herman@s, de compañer@s de trabajo, etc., que llegan a distanciarse eternamente por negarse a dar un paso hacia delante, por creer que es la otra persona la que «debe» darlo.
Jamás he sido fan del orgullo, entre otras cosas porque me gusta sentirme en paz con mi conducta y porque si alguien me importa de verdad, me importa lo suficiente como para no querer vivir con él/ella situaciones tan incómodas como la de la imagen.
Cuidarse a uno mismo al final también incluye hacer que las relaciones que nos importan mucho funcionen. Si la otra persona es más terca vale la pena dar ese paso, al final el malestar nos lo ahorramos nosotros mismos y además colaboramos en ahorrárselo a esa persona valiosa para nosotros.
Todos tenemos momentos de no acuerdo, faltaría más, pero al final, hablando se entiende la gente, ¿no? Desde luego mirando cada uno hacia un lado difícil encontrar soluciones eficaces a nuestros problemas.
Apartarse un poquito si es que estamos realmente «muy enfadados» para dejar que baje tanta emoción antes de hablar bien, pero una vez reducida, ¡Resuelve!

Enamórate de ti, de la vida y luego de quién tú quieras

By | Autoestima | No Comments

Lo sabemos, sabemos que para empezar algo con buen pie, primero debemos amarnos a nosotros mismos, reenamorarnos, reencontrarnos y redescubrirnos.
Sabemos que primero uno debe sanarse a si mismo, estar en calma con quién es y con la vida.
Una vez que uno ya camina con un paso más firme, está en mejores condiciones para crear un proyecto común con otra persona. Lo sabemos, pero la realidad es que todo y nuestro enorme conocimiento, a menudo las relaciones empiezan sin que alguno de sus miembros se sienta en equilibrio. Al principio, debido a la emoción inicial, parece que seremos invencibles, que todos los miedos que antes teníamos han desaparecido, que somos otros, que ya no hay sombras, que todo es luz. Y sí, puede ser que alguien nuevo de pronto te enseñe a relativizar, a amar, a amarte, a perdonarte y/o a encontrar tu equilibrio, puede ser, sin duda, pero también puede ser que más adelante tus miedos vuelvan a aflorar, porque a veces, con el tiempo, cuando el éxtasis y la luz del momento inicial van disminuyendo, las sombras vuelven a encontrar recovecos por dónde mostrarse.


No pretendo con este post ser una fúnebre, en absoluto, pero es cierto que los psicólogos vemos más de lo que nos gustaría a personas que necesitaban un apoyo en un momento dado, que no se lo dieron y que un amor de pronto les hizo pensar que ya no lo necesitaban aunque luego vieron que sí. A veces, la consecuencia de ese autoengaño es que ese amor no funcione. O bien cargamos en la otra persona demasiado peso convirtiéndole en nuestro bastón y encargándole de nuestras debilidades, o bien le proyectamos todos nuestros miedos y nuestras inseguridades y también a la relación.
Es evidente que el amor surge cuando surge, y hay que ser muy valiente o cobarde, (cada uno pensará una cosa), para renunciar a él cuando llega porque no estamos en «nuestro mejor momento», sólo quiero decir con esto, que si sientes que el amor aparece antes de que te sientas en equilibrio, no te engañes, sigue trabajando en él, sigue aprendiendo, sigue empoderándote, sigue descubriendo quién eres y quién quieres ser. Si te gusta lo que de pronto aparece en tu vida, valóralo, y para ello, sigue ocupándote de ti.

El amor se cocina con calma

By | Amor, pareja, Terapia de pareja | No Comments

El amor… tan ansiado por todos y a la vez tan temido.

Ayer le explicaba a una paciente que las emociones intensas, las desmesuradas, no son buenas ni cuando nos referimos a emociones «negativas» como la tristeza o el enfado, ni cuando hablamos de las «positivas» como la alegría o el amor. Ese descontrol de emoción nos lleva a tener conductas impulsivas, que en ambos casos, pueden ser nocivas para nuestro buen funcionamiento en la vida.  Explicaba que por ejemplo una persona que se inunda de amor en cuatro días puede tomar decisiones precipitadas como casarse, tener un hijo o irse a vivir con ese/a completo/a desconocido/a, algunas de esas decisiones tienen «fácil» arreglo, pero otras como tener un hijo ya te atan de por vida. Éste es un ejemplo de cómo ese desbordamiento de emoción positiva puede llevarnos a tomar decisiones precipitadas.

Si nos centramos en al amor, qué difícil es poner los pies en el suelo sin volar ningún día, todos los que saben lo que es estar enamorado entenderán esto que digo, ese éxtasis que parece que de pronto te forma en el que pierdes la noción del tiempo, del quién eres, del realismo y de la concentración. Ese éxtasis en el que de pronto no hay más vida que la otra persona, no hay más ganas que las de compartir y pensar en planes.

Sí, es cierto, el amor es un huracán que no deja a nadie ileso, en todos surge y genera cambios y alteraciones. En cualquier caso, al tener tanto poder hemos de tratar de vigilarle si no queremos que se apodere de nosotros nublándonos todo rastro de sentido común.

El amor se cocina con calma, igual que en la cocina o en tantos otros oficios. Hay platos que a simple vista parecen deliciosos, pero que luego les falta sustancia o algún punto de sal y nos decepcionan. Hay vinos con buenas etiquetas y buen color, pero que después están picados aunque no lo pudiésemos imaginar. Con las personas pasa lo mismo, al conocer a alguien hemos de darnos calma, a simple vista, (sobre todo si la persona lo que desea es agradarte), muy probablemente llame nuestra atención y nos guste, pero sólo con el tiempo podremos valorar si realmente nos encaja tanto como para elegirle y emprender un camino juntos lleno de amor y alguna que otra riña. 😉

Made with Square InstaPic

Sólo con tiempo podremos ver todas las caras que definen a esa persona, y sólo entonces tendría sentido dejarse llevar por el amor. Sólo cuando de verdad entendiésemos que esa persona, al menos a día de hoy, (quizás luego cambie o bien lo hagamos nosotros), es fantástica con sus defectos y virtudes para nosotros, sólo cuando con datos pudiésemos valorar que nos vale la pena arriesgar, seamos sinceros, cuando dejamos que alguien entre en nuestra vida y en nuestro corazón, le damos cierto poder para alterar para bien o para mal nuestra calma, hay que elegir bien qué debilidad puede terminar con nosotros.

En consulta vemos a muchas personas que se han enamorado locamente en poco tiempo y que lo han hecho sin llegar a conocer quién es verdaderamente la persona que desean que comparta sus vidas, a menudo están muy tristes, desolados porque no entienden la reacción que ha tenido esa persona al decidir terminar la relación, ni tampoco el por qué lo ha hecho. Lo entiendo, de veras, cuando conocemos a alguien generamos expectativas de cómo creemos que es esa persona, y también de cómo nos gustaría que fuese, la mayoría de las veces esas expectativas las hemos construido en base a la cara que esa persona ha querido mostrarnos en los inicios, pero lo cierto es, que una persona no es sólo lo que muestra en una cara, tiene más, la decepción llega porque no queremos creer que esa persona que nos gustaba tanto y que nos parecía tan perfecta para nosotros no lo sea, nos negamos a ver la realidad, ya hemos decidido y ahora no queremos cambiar.

¿Por qué no cambiar cuando realmente vemos que no es para nosotros?

¿Por qué seguir queriendo estar con alguien que no nos valora lo suficiente, o que nada tiene que ver con nosotros más que lo que nos quería hacer creer que tenía?

La respuesta suele ser sencilla, hemos volado en vez de caminar, hemos construido castillos en el aire, nos hemos dejado llevar por esas primeras impresiones sin darnos tiempo para comprobar si realmente el plato es tan bueno como parece, sin probarlo hemos decidido que es el mejor que jamás hemos visto, nos hemos precipitado en la elección y en el juicio.

1917686_10205284381612919_1395398944623887683_n

Si estáis de lleno en ese momento de conocer a alguien, hacerlo, sin duda, vivirlo y disfrutarlo, no lo penséis ni analicéis todo, ese es un error, pero daros tiempo para conocer, caminar con los pies tanto como sea posible en la tierra, deciros la verdad: «de momento me gusta y me apetece seguir conociéndole/a para valorar si es así de verdad», «de momento le gusto y le apetece seguir conociéndome para ver si realmente quiere elegirme o no».

Contemplar que ambos estáis en el mismo momento, decíroslo de vez en cuando por si finalmente no ocurre lo que esperabais ni deseabais, que os guste no quiere decir que terminéis eligiéndola/o, que le gustes no quiere decir que finalmente decida que quiere compartir su vida contigo.

Deseo que la vida os ponga a personas valiosos de frente, personas que además enseguida valoren que sois lo que andaban buscando, y que además sepan cuidarlo y cultivarlo, pero también deseo que si os pone a una que no os hará felices sepáis despedirla sin sentir que os falte el aire.

¡FELIZ FIN DE SEMANA!

 

Amar a la persona correcta

By | Aceptar la realidad, Amor, Autoestima, pareja, Relaciones tóxicas | No Comments

Mireia es que le/la quiero tanto….

Ésta es una frase muy repetida en consulta, y yo me alegro cuando veo que es real, pero no cuando percibo que se trata de una dependencia a una relación tóxica. Aman a personas que constantemente les hacen sufrir, que les causan vivir arrastrad@s en su propio llanto, que no les atienden, que no les priorizan, que no les suman.

¿Cómo podemos querer tanto a personas que desde que aparecieron en nuestras vidas hicieron que perdiésemos el norte?

¿Cómo podemos querer tanto a personas a las que valoramos por encima de nuestra calma y nuestro bienestar?


El refuerzo intermitente, ese en el que hoy te quieren y mañana no, o el chantaje emocional y el menosprecio encubierto con frases como: «lo hago por tu bien», «yo sólo quiero lo mejor para ti»… mal enganchan, confunden y destruyen.

Los sentimientos a veces nos engañan, porque a veces esos sentimientos están basados en pensamientos irracionales que nosotros mismos estamos alimentando.

Del mismo modo que no podemos creer todo lo que pensamos porque los pensamientos sólo son eso, pensamientos, Tampoco podemos creer como ciertos todos los sentimientos que tenemos. a veces, nos sentimos de una determinada manera y lo vivimos completamente así, pero en realidad nada tiene que ver con la realidad. Por ejemplo, la persona que se siente sola aunque esté rodeada de gente, la persona que se cree enferma aunque no lo esté, la persona que se cree inferior a cualquiera aunque en verdad valga un imperio y hayan miles de motivos por los que justificar todo lo que vale. 

15036606_537757923101598_972932810993005805_n

Ocurre, en ocasiones sentimos algo como cierto y no lo es. Con el amor también ocurre, nos queremos poco cuando en realidad somos valiosos o queremos mucho a alguien que en realidad no es valiosos para nosotros, quizás sí para otros, pero no para nosotros.


Si por un momento detectas que ese es tu caso, que lo que te une a esa persona es tu sentimiento de amor pero que no encuentras los motivos que justifican ese amor, date la oportunidad de desengancharte de esa particular y nociva «relación de pareja», date tiempo para reconstruir tus pensamientos, para identificar los ciertos y los inciertos y verás como esos sentimientos aunque hoy los sientas como profundamente verdaderos no lo eran tanto.
Imagina c
uánto puedes amar a la persona correcta, ahora date la oportunidad de amarla. Empieza amándote a ti, todo empieza por ahí. 

Y ahora a conocer de nuevo a alguien

By | Aceptar la realidad, Autoestima, pareja | No Comments

Se dice que para que una pareja funcione hay que enamorarse muchas veces, siempre de la misma persona. Eso es precioso, algo a lo que muchos aspiran, lo que nos han dicho que debe ocurrir y que debe formar parte de nuestra vida, «debes encontrar una pareja con la que crear un futuro y compartir la vida». Insisto, es muy bonito, sí, pero no siempre ocurre, ni todos aspiran a ello, eso también hay que aceptarlo y respetarlo.

A veces ya no nos gusta la persona que nos acompaña en este viaje, independientemente de la cantidad de tiempo que hayamos caminado juntos, a veces, también ocurre que somos nosotros los que ya no despertamos en el otro esas sensaciones que le enamoraban.el-amor-hace-pasar-el-tiempo-el-tiempo-hace-pasar-el-amor

La realidad actual es que muchas personas ya no se conforman, sí, es cierto que otras no es que no se conformen sino que al mínimo problema huyen como si aquí no hubiese pasado nada o como si nada se pudiese hacer para resolverlo, pero hoy en día, sabemos «algo más» de lo que debería implicar el tener una pareja, de lo que somos, de lo que buscamos en la vida y de lo que queremos o no sentir. Es por esto, que si de pronto nos encontramos con que la persona que comparte nuestra vida y nuestros sueños o nuestro valioso tiempo ya no nos enamora, somos más capaces de ponerle fin a la relación.

Hoy en día somos más conscientes de que nuestra vida no termina ahí, ni debe hacerlo y que nosotros podemos encargarnos de seguir con nuestro camino hasta que sintamos que estamos dónde verdaderamente queremos estar.

Hasta ahí todo bien, hemos renunciado a la idea de soportar cualquier cosa por estar en pareja, trabajamos en el encontrar y disfrutar de las virtudes de la soledad controlada y hacemos por garantizarnos lo mejor mientras estamos vivos. Pero a veces, una vez sientes que ya estás preparado para conocer personas y comienzas a hacerlo es cuando empieza el problema.

tumblr_nay2j9rR3w1tajwkqo1_500

Nos encontramos con una población en la que hay muchísimos adultos separados, divorciados, solteros, con hijos, sin hijos, etc., y cada uno tiene su realidad, su historia, su manera de responder ante la vida y sus miedos, normal, sin duda, el kit de la cuestión está en cómo dar con la persona que encaje con nosotros.

Los que quieren conocer de nuevo a alguien y reencontrarse una vez más con lo bueno del amor de una pareja tropiezan a menudo con muchos obstáculos. Encuentran personas sinceras, personas que mienten, personas que dicen saber lo que quieren y lo que son y que a veces demuestran que nada tiene que ver con la realidad que te han contado. Conocer personas es fácil, congeniar con ellas es otro cantar, y sobre todo cuando uno ya sabe perfectamente qué quiere y que no quiere.

Muchos adultos parten ya de una creencia errónea: «no voy a encontrar a nadie, no voy a gustar a nadie, quién va a fijarse en mi teniendo hijos…». La realidad es que como dice mi madre e imagino que muchas madres del mundo «siempre hay un roto para un descosido», hay que tener paciencia, optimismo, calma y sobre todo amor hacia uno mismo, nada de tener fe ciega y  nada de autoenengañarse convenciéndose de que esa persona es para nosotros si realmente vemos y sentimos que no lo es.

Es complicado a veces, sí, lo es, pero desde el pesimismo, la desconfianza o el miedo lo es más aún.

Sé quién tú eres, no cometas el error de querer convertirte en lo que crees que el otro espera de ti, valórate, no ruegues, no enfermes, sigue tu camino y dale tiempo al tiempo, llegará quien no tenga duda alguna del tesoro que escondes en tu interior, llegará quien se enamore de todas tus imperfecciones y quien como dice Luis Brea: «después de ver todos tus defectos aún crea que le gustas más». No te conformes con otra cosa, eso existe. No trates de hacer entrar en razón a alguien para que vea todo lo que hay en ti, si no lo ve, no quieras enseñárselo a fuego, eres «perfect@» para alguien.

 

Obstáculos en el fluir de las parejas

By | Amor, pareja, Terapia de pareja | No Comments

Sabemos que mantener un amor no es tarea fácil, el día a día, la rutina, los problemas, el estrés, la falta de tiempo, etc., se convierten en obstáculos para cultivar el amor en una relación de pareja.

Eso es cierto, completamente cierto, pero también lo es el hecho de que nadie nos obliga a estar en una relación de pareja y que al iniciarla ya sabíamos que implicaría esfuerzos, por no decir que nos comprometimos a hacer que funcionase.

Estar en una relación de pareja por estar, simplemente dejando pasar los días sin más, sin sorpresas, ni intimidad, ni pasión termina convirtiéndose en un calvario para ambos y sin duda acaba con la relación siempre que ambos tengan la fuerza para hacerlo, o siempre que no sean conscientes de que necesitan activarse y hacer cambios para que la relación no termine.

La indiferencia llega en forma de falta de intimidad y falta de momentos compartidos, en forma de falta de cuidados, sorpresas, afecto, mimos, dedicación y tiempo de calidad. Como decía, es cierto que mucho tiempo a veces no encontramos en el día a día, pero hemos de ser conscientes de que el tiempo está en función de nuestras prioridades y que la relación de pareja debe ser una de ellas. Cuando empezamos a sentir indiferencia por la relación y/o por el otro, o lo paramos y hacemos algo o al final la desilusión nos embriagará, cuando uno pierde el sentido de mantener ese compromiso, la cosa empieza a estar muy mal, uno está en una relación porque entiende lo que le aporta y eso le llena y le hace sentirse feliz, cuando pierdes ese sentido empieza la montaña rusa a ir sólo hacia abajo, cada vez más en picado.

Vuelvo de nuevo a la falta de tiempo, sí, quizás no podemos encontrar tiempo a diario para hacer grandes planes, pero, ¿cuánto tiempo se necesita para decir te quiero? ¿o para preguntar qué tal te ha ido el día y escucharlo atentamente? ¿cuánto tiempo se necesita para dar algún beso, abrazo, caricia o mirada cómplice? ¿cuánto tiempo se necesita para poner una vela en la cena o abrir un vino aunque sea lunes? ¿Cuánto tiempo se necesita para dar algún pequeño detalle a la relación de pareja?

Made with Square InstaPic

No nos engañemos, el amor inicial no lo puede todo, las relaciones de pareja que funcionan son aquellas que entienden que el amor como decía Erich Fromm es un arte y como tal, hay que practicarlo y perfeccionar la técnica para que el resultado siempre sea una gran obra.

Si hace tiempo te importó la persona que tienes al lado recuerda qué te enamoró de ella y piensa en cuántas de esas cosas aún siguen presentes hoy en ella. Si descubres que aún te importa, sentaros y hablar de la necesidad de cultivar de nuevo vuestra relación, plantearos cambios y no los pospongáis, el tiempo vuela, la oportunidad de mantener ese compromiso la tenéis en el ahora.

Si tienes una relación de pareja y sientes que empiezas a sentir indiferencia por la otra parte o tú mismo, detente, escucha esas señales, no dejes que la desilusión se apodere de ti, es normal pasar por etapas de mayor o menor amor hacia uno mismo, el otro y la relación, eso no siempre es sinónimo de que la cosa vaya mal.

El amor no lo puede todo, pero la suma de las ganas, la actitud y el amor pueden generar maravillosos cambios en tu vida.

¡Ánimo, a por ellos!

 

¿Podemos escribir cuando nos nace o hay que esperar a que nos escriban antes?

By | Amor, Autoestima, pareja, Sin categoría | 2 Comments
Hace mucho tiempo que tengo ganas de hacer un post sobre este tema, ¿podemos escribir cuando nos nace o hay que esperar a que nos escriban antes? ¿hay que dejar un tiempo prudencial para no parecer un loco desesperado ansioso de contacto o no es necesario? ¿se puede responder al momento? ¿podemos proponer un plan sin que antes nos hayan escrito?, etc.
Todo y que ya hace unos cuantos años que estoy alejada de la adolescencia, no diremos cuántos, (no es relevante), sigo teniendo conversaciones del estilo, en las que me preguntan qué deberían hacer y qué no. Me dicen: Mireia, ¿tú crees que debería escribirle?, ¿pensará que estoy enamorada si le escribo? ¿se agobiará? ¿pareceré una pesada? ¿está bien lo que le he escrito? ¿se rallará? (esta última es muy típica).

Lo lamento, mientras lo escribo lo pienso, pero estás frases son de amigas, casi siempre mujeres, (quiero pensar que algunos hombres habrá que también duden antes de escribir, que no sera sólo una cuestión femenina, pero lo cierto es que hago este post pensando en amigas y pacientes mujeres). Se porque también tengo muchos amigos (hombres) y pacientes que ellos también rumian, eso no es sólo femenino, en absoluto, pero no recuerdo una conversación así con ellos. Si alguno de los que me lee se reconoce, si le apetece, que diga que también les ocurre.

Bien, ¿qué pensáis? ¿hemos de esperar a que nos escriban para poder decir lo que deseemos decir? ¿siempre es el otro quién debe iniciar primero una conversación? ¿Es necesario que dejemos pasar un tiempo antes de contestar o que los otros sean los que lleven el ritmo de la relación?

2349939
Los que me leen, creo que ya deben tener una ligera idea de cuáles serán mis respuestas a estos interrogantes, sin duda, no creo en absoluto que tengamos que esperar a que otros inicien, ni tampoco que nadie tenga que enseñarnos cuál debe ser nuestro ritmo, o lo que podemos o no decir.
Que se asustan, rallan, agobian, saturan, etc., pues, ¡hasta pronto!
Recuerdo muchas historias de contestar un «sms», ahora whatsupp, 3 días más tarde, o incluso una semana o más, ¿en serio, tanto te cuesta pensar en el/la otr@? (Esto ya tengo que ponerlo en los dos sexos porque lo de responder tarde ya lo reconozco tanto en amigas como en amigos).

Creo que no hace falta que diga que es algo que no comparto, no hablo de que haya que responder al instante, parece que desde que tenemos whastupp, etc. hemos de estar conectados 24h, y no es así, pero si alguien nos dice algo que sabemos que es importante, o que le habrá costado decirnos, que menos que no mantenerle eternamente a la espera. Ya sabemos que el que espera, desespera, ¿para qué hacer desesperar a alguien?

Llega un momento en la vida, en el que uno ya ha de saber qué busca y que no, qué acepta y que no, quién es y qué puede hacer, no hace falta que siga las «normas», entre otras cosas porque ¿esas normas quién ha dicho que sean válidas, o que lo sean para todas las personas? o aún más importante, ¿cuánto de identificado se siente uno con comportarse en base a esas normas? ¿hasta que punto uno puede ser como es si tiene en cuenta lo que se debe o no hacer en esos casos?

Alejada de esa adolescencia, creo firmemente que uno ha de ser quién es, y hacerlo saber, y como no, en los tiempos que le parezca, hay tantas formas de comunicar o de enamorar como personas existen en el mundo, seguro que hay a quién eso de que no le escriban o que le contesten tarde le «enganche» o le despierte curiosidad, pero también hay personas que no necesitan ese misterio y que estarán felices de recibir un ¡hola! o un ¿qué tal te va el día? aunque te vieran ayer noche, o aunque no lo hayan hecho antes que tú.

Lo cierto es que las parejas nacen de miles de maneras, se unen por distintos motivos, y es que la variedad entre las personas y en cuáles son sus intereses o lo que les despierta amor, varía, por suerte, no somos ni robots ni máquinas, así que cada uno con sus particularidades y preferencias, pero cada uno sea como es en sí mismo.

Sin duda, cada uno es libre de decidir cómo quiere interactuar con los otros, ahora bien, como consejo, trata de no quedarte con las ganas de lo que deberías haber hecho y no hiciste y  trata de ser tú, si tienes que gustarle le gustarás, y si no, ¡hasta pronto, que te vaya bien, muy bien! No te conformes ya desde el inicio con cosas que no van contigo en absoluto.