¿Cómo afecta la falta de sentido a las personas?

Este es un tema complejo, espero poder aportar algo de luz en este post.

Hay personas que opinan que la vida no tiene ninguna finalidad en sí misma, porque el objetivo de que estemos aquí es casual y por lo tanto dicen que el secreto de la vida, es no buscarlo, sino vivirlo, hablan de dar sentido al sin sentido.
Para mí, la vida tiene mucho sentido, y opino que detenerse a pensar en cuál es el nuestro, es muy importante, además sería bueno hacerlo en distintos momentos, porque sin duda, el sentido es cambiante.
Cuando uno se cuestiona cuál es el sentido de la vida, los porqués pueden ser infinitos, es un término muy abstracto, y por lo tanto resulta difícil de definir, pero que sea más o menos difícil, no quiere decir que no valga la pena planteárselo e ir tras él.

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El tema del sentido de la vida, tiene distintos niveles de análisis:
– Uno amplio, que haría referencia al sentido de la existencia del ser humano, del mundo, de la muerte, de las injusticias…
– Y otro más individual, en el que uno se escucha a sí mismo.
Hoy voy a centrarme en el sentido de la vida a nivel individual.
Refiriéndonos a uno mismo, quizás podríamos preguntarnos: ¿Cuál es mi sentido de vida? ¿Por qué estoy aquí? , ¿Para qué? ¿Qué es realmente importante para mí? ¿Qué me mueve verdaderamente? ¿Qué cosas son realmente valiosas para mí?
Hay muchos sentidos, no todos compartimos el mismo, y además, no es estático, puede variar en una misma vida en distintos momentos, puede transformarse con el tiempo, normalmente cambia en función de nuestras experiencias y los aprendizajes que extraemos de ellas.

Para mí la vida básicamente sería: nacer, crecer y morir. Disfrutando de cada etapa, obviamente…
En el nacimiento no podemos hacer mucho, y en la muerte, de momento tampoco, por lo tanto, ¿qué sería crecer?, ¿cómo lo logro?
Desde mi punto de vista, crecer englobaría aspectos como:
– Vivir.
– Escucharnos.
– Sentir y hacer sentir.
– Disfrutar y hacer disfrutar. (Disfrutar de las personas, de los momentos, de la vida, de la suerte de vivirla).
– Aprender y enseñar.
– Ser responsables y transmitir responsabilidad.
– Descubrir.
– Compartir.
– Ser sinceros, con nosotros mismos y con los demás.
– Crear.
– Desarrollar nuestros sentimientos.
– Valorar las relaciones personales y la relación que mantenemos con nosotros mismos.
– Ser generosos.
– Empatizar con las personas.
– Ocuparse más y preocuparse menos.
– Vencer la pereza, saber que la tenemos, que siempre nos va a llamar, pero no atenderla por norma.
– Pensar en las consecuencias a largo plazo de mis actos, no dejarme llevar por los impulsos si estos me traerán consecuencias desagradables.
– Hacer cosas por mí, cosas que me hacen sentir bien, cosas que me ayudan a mejorar, y hacer cosas por los otros, porque cuando lo hago, también estoy teniéndome en cuenta a mi misma.
– Enfrentarme a mis miedos para que no me dominen, ser consciente de que mi vida es mía.
– Marcarme objetivos, definirlos, buscar cómo alcanzarlos e ir a por ellos.
– Tener una buena actitud ante la vida, asumir que no todo es bonito, que en ocasiones ocurren sucesos inesperados desagradables pero que su aparición no implicará que todo lo bueno desaparezca, ni que todo lo importante pierda su valor.
– Valorarme.
– Hablarme bien.
– Actuar consecuentemente con mis valores y con mi autoestima.
– No traicionarme o hacerme daño gratuitamente.
– Hacer cosas de forma altruista.
– Ser receptivo al amor, a lo bueno, a lo bonito, ampliar mi visión y mi interpretación.
– Dejarme ayudar y ayudar a otros.
– Reír.
– Colaborar.
– No juzgar ni juzgarse.
– Perdonar y perdonarse.
– Escuchar y escucharse, y después, atender y atenderse.
– Cuidar mi salud, tanto física como mental.
– Quererme bien y querer bien a los demás.

Crecer implica infinidad de cosas, ¿resulta casi imposible no disponer de tiempo para hacer algunas de ellas no?

Contamos con ese tiempo, lo que tenemos que valorar es cuál es nuestra actitud ante la vida, ¿estamos predispuestos a cultivar algunos de esos aspectos?
¿Todo esto lo hacemos por algo no?, ¿para qué?,
¿Cuál es nuestro fin?
¿Qué pretendemos lograr en nuestra vida?

¿Cuáles son nuestras prioridades?
¿Qué cosas sabemos que para nosotros son “sagradas”?
¿Os lo habéis planteado?

En consulta vemos muchos pacientes que tristes, llegan a nosotros con frases como: “mi vida no tiene sentido”, “no me siento feliz”, “no encuentro motivos para seguir viviendo”, etc. Estos pacientes, por lo tanto, nos hablan quizás sin saberlo, de una pérdida de sentido de vida, o de una búsqueda que no encuentra respuestas con las que poder trabajar.
Acto seguido, la pregunta que se les hace es: ¿por qué no eres feliz?, ¿por qué no tiene sentido tu vida?, ¿qué cosas son importantes para ti?, vemos que esta pregunta, tiene muchas respuestas, cada uno encuentra el sentido de vida en distintos aspectos: mi pareja me ha dejado o no encuentro pareja, no tengo trabajo, mi negocio ha fracasado, no logro adelgazar, no soy lo que se esperaba de mí, etc…
Hay personas que aún no se han planteado este tema del sentido de vida en profundidad, otras, ya se lo han planteado y en estos momentos saben qué buscan para sentirse bien.

El kit de la cuestión por lo tanto, estaría en que las personas sean conscientes de que pueden tomarse un tiempo para realizar una búsqueda personal de respuestas, que muy probablemente sea bueno para ellos, y que se cuestionen qué cosas dan sentido a su vida, después, una vez planteadas, ver si son aspectos realmente importantes o no, si les llenan.

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En terapia, en referencia a la afectación que sufre la psique por la falta de un buen sentido de vida, vemos que por ejemplo, una persona con trastorno de la alimentación busca la felicidad en su aspecto físico, personas dependientes emocionales la buscan en una pareja o amistad, las adictas en su adicción, el depresivo en la tristeza.
Si tu sentido de la vida es la felicidad, o la paz, o el amor, la tristeza no podrá gobernar tu vida, inevitablemente podrá existir, pero no podrá ser la emoción dominante. Si la paz interior es algo vital para nosotros, no podemos colaborar en que la tristeza nos invada, deberemos decirle poco a poco adiós, en ningún caso tendría sentido seguir conviviendo con ella ni alimentarla, y al final, algo muy importante en este tema es que nuestra vida es nuestra, y podemos escoger.
Mi queridísima amiga Irene Carbonell, muy sabiamente, dice que lo importante es plantearse que no hay que dejarse llevar por la inercia de lo que me ha tocado vivir o de lo que ahora mismo siento, hay que implicarse en la vida, en nuestra felicidad, en la búsqueda de mi paz. A veces, para lograrlo, tendré que sentarme y plantearme ¿qué me hace feliz?, ¿hacia dónde quiero ir ahora mismo?, tendremos que buscar una nueva dirección, siendo creativos y saber que es una elección.
Tenemos que darnos la oportunidad de elegir nuestra vida, asumiendo que podemos ir cambiando las prioridades y las decisiones, si mi meta ahora es acabar una carrera la acabo, si cuando la acabo no me gusta, puedo plantearme otra cosa. No pasa nada si cambio de meta. Puedo hacerlo. Mi vida es mi mía, puedo elegirla, puedo variarla, alternar su orden si eso me hace sentirme en paz.
Opino que es muy importante valorar lo que tenemos, tenemos vida, salud, amigos, familia, pareja, hijos, amor, naturaleza, libertad para decidir, y hay que seguir buscando, no dejar de buscar y ni de apreciar la belleza.

Os dejo el enlace del programa de radio La Rueda del Hamster en el que participé hablando del sentido de la vida, espero que os guste.

http://www.radioemprende.com/podcast-20151016-Tienes-una-mision-en-la-vida

 

 

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