Category Archives: Confianza en uno mimso

¿Quieres que se hable bien de ti?

By | Aceptación, Autoestima, Confianza en uno mimso | No Comments

 

Hace mucho que quería poner esta imagen, me encanta, la uso un montón en consulta, me parece ¡taaaaan cierta!
Al final, ni haciéndonos el muerto TODOS hablarían bien de nosotros. Hay quien directamente no sabe hablar bien de los demás, bueno, no es que no sepan, es que algunos no quieren tomarse esa molestia, (si supiesen que sobre todo es bueno para ellos…).
No estamos libres de las críticas, no estamos libres de los comentarios o juicios acerca de nuestra persona o de nuestras conductas, pero

¿Hasta qué punto son importantes esas críticas?
¿Hasta qué punto hemos de adaptarnos a los deseos de las otras personas?
¿Hasta qué punto hemos de medir nuestra libertad por agradar a todos?
¿Hasta qué punto es realista nuestra meta, se puede agradar a todo el mundo?
En consulta vemos que se sufre mucho por esto, y lo peor es que en la mayoría de los casos, la preocupación del «qué dirán» no incluye a personas significativas de nuestra vida, sino todo lo contrario, sobre todo parece como que no nos hemos parado a pensarlo, porque en realidad nos preocupa que opinen mal de nosotros personas que no dan mucho o ningún sentido a nuestra vida. ¿Para qué les damos el poder de decidir por encima de nosotros a ellos?
En el caso de las críticas de las personas significativas, de las que sí que nos importan y sí que dan sentido a nuestra vida, obviamente a todos nos gusta agradar, todos tenemos ese propósito consciente o inconsciente de recibir siempre la aprobación, pero una vez más no es realista el pensar que nuestras decisiones siempre gustarán a todos y que por lo tanto tenemos fórmulas para evitar que se pueda hablar mal de nosotros.
Hay que aceptarlo, darle el valor que tiene y no desviarse de la realidad, al final, la calma uno la logra haciendo lo que desde «sus zapatos», siente que es lo mejor en ese momento y eso eso lo que debe hacer si pretende tener una conciencia tranquila.
No estoy invitando a no pensar en nadie más que en uno, en absoluto, pensar en uno también incluye pensar en las consecuencias de nuestras decisiones para las personas a las que queremos, pero… no es buena idea siempre valorar más los intereses de los otros que los propios.
Al final, ni haciéndote el muerto te vas a librar.
¡Feliz fin de semana!

Valorarse es entender que si te van a querer a ratos, es mejor que no te quieran

By | Autoestima, Confianza en uno mimso, pareja | No Comments

El refuerzo intermitente, el ahora sí que te quiero y ahora no, el ahora te presto atención y te trato bien y ahora no, existe. Muchos lo han vivido en sus propias carnes y saben lo perturbador que puede llegar a ser.


Un día te hacen sentir super bien, pero al otro te ignoran, un sin sentido que como siempre, pretendemos entender y dar con el sentido.
Queremos que nos quieran de continuo, no a ratos, pero no todas las personas están dispuestas a ello, ni saben cómo hacerlo. La única persona que puede garantizarse el quererse más y mejor somos nosotros mismos. Valorarse es entender que si te van querer a ratos, mejor que no te quieran, eso ya lo hacemos nosotros. más no nos hace falta.
Cuidado con esos refuerzos intermitentes porque generan adicción, son tóxicos, nos invitan a rumiar, a la búsqueda incesante del por qué ocurre lo que ocurre y nos enseñan a esperar lo bueno, porque parece que la otra persona también sabe cómo generárnoslo, lo ha hecho, sabe hacerlo, ¿y si cambia?, ¿y si no cambia?
¡Cuidado!, de momento no parece que pretenda llevarlo a cabo, al menos hasta dónde has compartido no lo hace, así que acláralo y si no hay intención de cambio y un giro total de conducta posterior, valora si realmente lo que andas buscando es un amor a ratos, recuerda que el amor añade bienestar y calma….

Ama tu cuerpo aunque tenga imperfecciones

By | Aceptar la realidad, Autoestima, Confianza en uno mimso | No Comments

Ama tu cuerpo aunque tenga imperfecciones, quiérete aunque no seas perfecto, aunque haya alguna parte de ti que no te agrade tanto, o que haya cambiado de un modo que no compartes.

Made with Square InstaPic

¿Quién hay perfecto lo mires por dónde lo mires?
Algunos, los que ya son conscientes de ver lo perfecto de lo imperfecto, dirán que sin duda conocen a muchas personas así.
Para aquellos que aún no se encuentran en ese punto, por lo menos tratad de ser conscientes de que una persona no es sólo aquello que no le agrada de su cuerpo, es infinitamente más.

Sin duda sabemos que el ser humano no se cansa de desear lo que no tiene y que además abusa de la comparación, «yo querría tener el pelo más liso, o más rizado o más voluminoso», «me gustaría ser más alt@, más baj@», «ojalá tuviese la cara menos redonda o más redonda»… La cuestión siempre es comparar aquello que no nos gusta de nosotros con lo que nos gusta de otros, ahora bien, ¿cuántas veces nos alegramos de aquello que nosotros tenemos bonito?, ¿cuántas veces lo agradecemos?

Aunque es real que existe la perfección de la imperfección y que podemos llegar a creer en ello, y a vernos y sentirnos así, aceptando quiénes somos y agradeciéndolo, mientras tanto, quizás sería bueno entender y aceptar que nadie es exactamente igual a como le gustaría y que no por ello no es maravilloso, que no por ello debe rechazarse ni entender que los demás le rechazan seguro. Cada uno es como es, y en algunos aspectos no puede cambiarse, ¿Y qué? ¿es por ello menos válido? ¿es por ello por lo que su vida no puede ser placentera? Sin duda no, o por lo menos no debería ser así.

A veces cuesta aceptarse cuando hay cosas que no nos gustan de nosotros, a veces cuesta valorarse, pero sólo depende de nosotros, sólo uno mismo decide quién es, qué es lo más valioso que puede ofrecer, a qué o a quién quiere darle el poder de menospreciarle o de hacerle creer que la vida no vale la pena o que no es valioso.
Sólo uno mismo puede hacer que se fijen sólo en lo imperfecto de nosotros o que ni siquiera lo noten.

¿Qué es realmente lo más importante a la hora de evaluar la belleza de un ser humano?
Diría, que encontrar si tiene algún aspecto que podría mejorar, no es la respuesta..

¿Cómo hago para dejar de procrastinar?

By | Autoestima, Confianza en uno mimso, Solución de problemas | No Comments

procrastinar

En el artículo anterior http://queraltcentrosanitario.com/mucho-se-lee-y-se-escucha-de-la-procrastinacion-pero-en-que-consiste/ hablé de qué es la procrastinación y prometí que el siguiente post lo haría de cómo hacerle frente en nuestra vida, lo prometido es deuda así que ¡ahí va!

Como en todo en la vida tenemos muchas opciones y si nuestro problema es la procrastinación, deberemos ir probando las distintas soluciones posibles hasta dar con la nuestra. Como sabemos cada persona es un mundo y lo que a uno le funciona no tiene por qué funcionarle a otro, por suerte, como también sabemos, las soluciones nunca terminan así que si verdaderamente nuestro objetivo es solucionar lo que para nosotros es un problema podremos lograrlo insistiendo en la búsqueda de nuestra opción adecuada.

Para combatir la procrastinación, (la mala, esa que se convierte en una costumbre en nuestra vida) existen distintas soluciones, veamos algunas de ellas:

  1. La primera de las soluciones consiste en escucharnos, identificar el problema, tenerlo claro para a partir de ahí poder situarnos y tener un punto de partida desde el que poder empezar a actuar.
  2. Plantearnos las distintas opciones que tenemos, valorar (realmente) cuál nos conviene más (no cuál nos apetece más, sino cuál nos conviene).
  3. Tomar decisiones. En muchas ocasiones aplazamos tareas de forma inconsciente sólo porque en ningún momento nos hemos parado a pensar en ellas de forma racional y consciente. Date un momento para pensarlo y decídete.
  4. Valorar qué pasos deberemos dar para lograr nuestro objetivo. Cuantos más, mejor. Si tienes pocas opciones tienes más probabilidades de postergar.
  5. Priorizar. Este aspecto es vital en la vida y aunque todos sabemos lo que es muchos nos equivocamos al llevarlo a cabo. Si vas a construir una casa, antes de empezar a elegir los materiales de revestimiento de paredes y suelos deberás ir a por cemento, cables, fontanería, etc. Primero lo que no se ve, luego lo otro.
  6. Ordenar los pasos. Es muy importante ordenarlos, no empezar a construir ninguna casa por el tejado, siempre por la base.
  7.  Darnos plazos. Hay cosas que no podemos dilatar en el tiempo y que tampoco pueden invertirnos demasiado tiempo. En dar un paso no podemos estar 5 días, dar un paso cuesta un segundo, pruébalo, levántate, da un paso hacia delante, ¿Cuánto tiempo te ha costado? pues ese es el tiempo que puedes darte en llevarlo a la práctica.
  8. Visualizarnos llevando a cabo esa tarea y desdramatizar todo mal, puede que no sea lo que más ilusión te haga hacer, pero una cosa es pensar que es malo y otra es pensar que es terrible, mortal, devastador. Calmémonos, llamémos a las cosas por su nombre y veámoslas como debemos verlas, esto no es un trhiller, es la vida, hay épocas mejores y peores.
  9. Convencernos de que con ganas o sin ganas, con miedo o sin miedo, con calor o frío, con llanto o sonrisas, con ilusión o apatía, con facilidades u obstáculos, me da lo mismo, si es bueno para nosotros hay que hacerlo, como tantas otras cosas que hacemos, que hemos hecho y que deberemos hacer, ¿para qué retrasarlo, para que se nos amontonen?
  10. Respirar, gritar, llorar, hablarlo con alguien, ir a un psicólogo, etc. Haz lo que necesites, pero después de eso, empieza.
  11. Marcarnos una meta pequeña, conseguible, REALISTA. Hay que pensar en cosas que puedas lograr.
  12. Elegir entre las distintas tareas una por la que empezar. En este punto sólo se pretende que empieces, no importa si la tarea es o no muy relevante, lo esencial simplemente es elegir una y empezar.
  13. Empezar por lo más sencillo. Da un  primer paso. Recuerda: después del uno el dos, «caminante no hay camino, se hace camino al andar». A veces queremos resolverlo todo hoy y esa meta hace que en vez de ver un escalón veamos una montaña, ¡Buuuf! ¡qué pereza!  y ya lo tenemos: «mañana empiezo». No te engañes a ti mism@, quizás es una montaña, pero no hay que subirla toda hoy, piensa en el siguiente paso y dalo. Exígete luchar por ti, por tu bienestar, por darlo todo por alcanzar tus metas, pero no te exijas ser un «superman» ni una «superwoman», si no tienes poderes, no los tienes, no te los exijas sólo conseguirás frustrarte.
  14. Trabajar sólo 5 minutos y dejarlo para otro momento. Dar el primer paso nos permite vencer la resistencia que tenemos a enfrentarnos al miedo.
  15. Pedir ayuda si la necesitamos. A veces queremos hacerlo todo nosotros solos y por lo visto, dicen que en la vida hay tareas que sólo pueden llevarse a cabo con la colaboración de otros, pero claro, hay que dejarse ayudar y también hacerles saber a los otros que vas a necesitar su apoyo.
  16. Comprometernos con nosotros mismo y con los otros. A veces, cuando tratamos de convencernos o incluso ya nos hemos convencido de que no lo haremos, no hablamos más del tema a ver si con eso se disipa hasta desaparecer por arte de magia o quizás otro se encarga de ello. Dilo y dítelo a ti mismo, comprométete. Parece ser que cuando le decimos a alguien que haremos algo solemos cumplirlo en un porcentaje mayor que si nos lo decimos sólo a nosotros mismos.
  17. Hacerlo público. No solamente decidir que lo harás tú, sino también decirlo a tantas personas como sea necesario por tantos medios como sea posible.
  18. Evitar los distractores. Trata de eliminar de tu alrededor todo aquello que te apetezca más que lo que realmente tienes que hacer. Deja el teléfono lejos, apaga la tele, deja esas tareas que ahora no son urgentes para después.
  19. Usar la regla de los dos minutos. Esta regla nos dice que si hay una acción que podemos hacer en menos de dos minutos en vez de pensarla y planificarla lo mejor será que la hagamos sin más.
  20. Construir rutinas. Si repetimos una tarea a diario al final la instalamos y terminamos haciéndola casi de forma inconsciente. Las rutinas simplifican nuestra vida así que repite hasta que formen parte de ti.
  21. Aprender a decir no. Posponer tus tareas por no saber decir no a otros es algo muy habitual pero a lo que no debemos acostumbrarnos.
  22. Cuidarnos. Más importante que el tiempo del que disponemos para llevar a cabo una tarea lo es la actitud que tenemos frente a ella. También será muy importante nuestra autoestima y nuestra sensación de competencia. Si creemos que no podremos llevar a cabo determinada tarea muy probablemente no la lograremos. Dicen que más importante que «ver para creer» es el «creer para ver». Si te encuentras desanimado en general, con poca confianza en ti mismo, etc. pide ayuda a un profesional porque de no ser así tienes mayor probabilidad de hacer que la procrastinación se instale en tu vida.
  23. Revisar el tiempo. Tener un cierto control del tiempo que llevamos tanto postergando una tarea como en los pasos que nos llevaran a solucionarla.
  24. Hablarnos bien. Nuestra mente interna, cómo nos contamos las cosas es muy importante. Nuestras palabras pueden invitarnos a que sintamos o no que podemos lograr aquello que nos proponemos, pueden invitarnos o no a que encontremos el sentido que tiene el llevarlo a cabo. Nuestro pepito grillo puede ayudarnos a procrastinar o por el contrario impedirnos que eso ocurra.
  25. Aprender de nosotros mismos. Saber cuáles son nuestros puntos débiles, ante qué cosas hemos de estar alerta para tratar de no desviarnos de la consecución de nuestra meta. Pensar en quiénes somos y en nuestras debilidades, para ponérnoslo más fácil ayudándonos a no caer en la procrastinación o en el bucle del que queremos salir.
  26. Cuidar nuestra salud general. Descansar adecuadamente, comer una dieta variada y con cierto horario, hacer algún tipo de deporte o actividad física regularmente. Nuestra energía, además de depender de nuestra mente también depende de nuestro estado físico y si queremos ocupar bien nuestro tiempo deberemos ocuparnos de aumentarla.
  27. Ser realistas. Aceptar de antemano que a veces lo que uno quiere no se logra ni a la primera ni a la última, trabajar mucho en algo no garantiza necesariamente que el resultado que obtengas sea el que esperas obtener. También hemos de aceptar que a veces en el proceso decidimos abandonar la tarea o la meta porque nos hacemos conscientes de que no la vamos a lograr, que es imposible o que éste no es el momento. Empezar algo no implica tener que terminarlo siempre. Esperar el momento adecuado o decidir abandonar aquello que ya no nos interesa no es procrastinar, es ser responsable con uno mismo.
  28. Divertirnos de algún modo. Si lo que hemos de hacer nos resulta terriblemente pesado, aburrido, complicado o triste busquemos el humor en alguna parte, veamos si hay algo que podamos hacer de forma menos tediosa o tratemos de encontrar el humor después de hacerlo o antes. El humor es un destensor muy potente nos relaja y reduce muchas fuentes de malestar.
  29. Considerar habitualmente nuestras metas.  Cuando la tarea que tenemos pendiente para lograr nuestra meta nos resulta difícil o aburrida pensar en nuestra meta nos ayudará a no caer tan fácilmente en la procrastinación.
  30. Marcarnos unas tareas pequeñas diarias. Si nos exigimos demasiadas tareas es más probable que al percibir tanta carga nos «saturemos» y lo dejemos para otro momento día tras día. De nuevo es muy importante ser realistas y exigirnos aquello que podemos hacer para ir motivándonos paso a paso.
  31. Elegir un premio con el que compensarnos al finalizar las tareas, (que el premio no sea el lograr la meta, nadie dice que sí o sí vayas a lograrla), algo que te guste y que ejerza de motivador de la conducta.

La procrastinación es bastante común en todas las personas, es fácil dejarse llevar por cualquier otro distractor y más en los tiempo que corren en los que estamos rodeados de distractores. Además nos cuesta centrarnos en una actividad durante un período de tiempo, eso es normal, pero si queremos sentirnos bien con nosotros mismos una de las cosas a las que deberemos atender será a nuestra tendencia a procrastinar, este hábito impide que seamos eficaces y productivos y además nos aleja del bienestar que nos proporciona la consecución de nuestras metas y de la paz de sentir que lo que está en nuestras manos lo hemos garantizado.

Mucho se lee y se escucha de la procrastinación pero, ¿en qué consiste?

By | aquí y ahora, Autoestima, Confianza en uno mimso | No Comments

Procrastinar se refiere a dejar para el último momento, aplazar una y otra vez o incluso no hacer aquello que sabemos que sí o sí debemos realizar.

Es curioso porque en principio aunque el posponerlo o incluso no hacerlo supone la evitación de algo que en este momento nos pesa, al final, esa evitación al contrario de lo que pueda esperarse no nos da calma sino que termina generándonos un problema mayor.

Los psicólogos entendemos este fenómeno, la evitación está en la base de muchos de los problemas psicológicos.  La persona se engaña creyendo que ya lo hará o que no es tan importante, o que si no lo hace no pasa nada, o que incluso ve imposible el realizarlo y al final busca las estrategias para evitar enfrentarse a aquello que teme, una vez las tiene siente calma, pero a la larga no puede escaparse, todo lo que no resuelves vuelve a ti.

Aunque pueda parecer que la procrastinación está relacionada con las personas perezosas o con aquellas que se despistan y pierden el tiempo, en realidad se refiere más a aquellos casos en los que por alguna razón la persona quiere posponer o evitar esa acción.el-arte-procrastinar-L-2HsQdh

Aunque sólo escuchamos o leemos que la procrastinación es algo negativo que hay que evitar, lo cierto es que no siempre tiene por qué ser negativa, a veces en la calma de las acciones y/o decisiones encontramos la solución a nuestros problemas y a la tendencia extendida de ser impulsivos y responder de manera automática. A veces tomarse un tiempo para decidir y valorar qué hacer, cómo y cuándo no es negativo en absoluto, pero claro, siempre que sea eso lo que hagamos, valorar y no evitar trabajar en ello de algún modo. Lo negativo lo encontramos en aquellos casos en los que la procrastinación se convierte en un hábito o costumbre de la persona a posponer aquellas tareas que debe atender en un determinado momento.

 

La procrastinación puede deberse a diferentes factores:

  1. Evasión: Aquellos casos en los que la persona tiene miedo de enfrentarse a esa situación y salir beneficiado, teme no hacerlo bien, fracasar, equivocarse, etc.
  2. Indecisión: Aquellos casos en los que la persona tiene dificultades para tomar decisiones porque no sabe, por miedo a equivocarse o por temor a sobrellevar las consecuencias de su decisión. En ocasiones la procrastinación puede estar relacionada con un problema de autoestima de base, en el que la persona no confía demasiado en ella, en su potencial para llevar una tarea a acabo, en su capacidad de decidir correctamente, etc.
  3. Falta de organización en la gestión del tiempo: Aquellos casos en los que la persona es incapaz de planificarse, de priorizar las tareas, de darles el tiempo adecuado y de activarse en ellas. Esas personas que realmente se despistan, pierden el tiempo en otras tareas no prioritarias y que su propio caos personal y externo hace que sus tareas no se lleven a cabo todo lo rápido que se deberían.

La procrastinación puede estar presente en diferentes áreas y en todo tipo de persona a cualquier edad.  La vemos en estudiantes que posponen el estudio para el día de antes del examen, en personas que posponen el hábito de fumar, en otras que constantemente dicen: empiezo el régimen el lunes, en los que saben que han de tomar una decisión con miedo o con tristeza pero que da sentido a sus vidas y que constantemente la posponen “ahora no estoy preparado para tomar esa decisión”, etc. La procrastinación forma parte de la vida de todos nosotros, o en algún momento ha formado o formará parte, el kit de la cuestión está en que no se convierta en un hábito que impere en nuestra vida.

Hay muchos aspectos que pueden estar relacionados con la procrastinación, el  miedo, la inseguridad en un mismo, la falta de autoestima, la baja tolerancia a la frustración, la ansiedad, la tendencia a ponerse en lo peor o a creer que seguro que será todo peor, etc. También las consecuencias que pueden derivarse de su práctica son muy variadas, pero como decía antes, en un primer momento sentimos alivio y posteriormente nuestros problemas aumentan. Procrastinar impide que explotemos nuestro potencial y nos aleja de la consecución de nuestras metas, lo que nos genera malestar con nosotros mismos y con la vida.

Muchas veces acudir a un psicólogo si sentimos que ésta tendencia gobierna nuestra vida no sería mala idea, pero si es algo ocasional hay algunas estrategias que pueden sernos útiles para combatirla o por lo menos para reducirla.

En el siguiente post hablaré de esas estrategias.

¡Feliz fin de semana!

Menos es más

By | Autoestima, Confianza en uno mimso, Cuidarse a uno mismo, terapia psicológica | No Comments

Menos es más, mis pacientes en la consulta de psicología saben que siempre insisto con «después del uno, el dos», «poco a poco».

Creo en ello, y es porque soy consciente de que en ocasiones no vemos camino, o creemos que en estos mome10659389_277273985816661_1442560409755659292_nntos no tenemos fuerzas para recorrerlo y llegar a nuestra meta, pero sin duda, parados seguro que no conseguiremos ni ver caminos, ni coger fuerzas para alcanzar lo que nos propongamos.

Así que como suelo decir en la consulta, las fuerzas no caen del cielo, tenemos que ser conscientes de que a lo largo de nuestro día, hacemos miles de cosas con ganas o sin ellas, sólo porque sabemos que hacerlas será bueno para nosotros.

Madrugamos, normalmente no por gusto, y menos en invierno, pero lo hacemos porque debemos ir a trabajar, o llevar a los niños al colegio, etc. Limpiamos la casa, normalmente no por gusto, sino porque si no lo hacemos se convertirá en un basurero, y no queremos vivir así. Lavamos la ropa, la tendemos y la recogemos del tendedero, y tampoco lo hacemos por gusto, pero no queremos ir manchados ni oler mal.

Hacemos cientos de cosas a lo largo de nuestra vida con ganas o sin ellas porque somos conscientes de que hacerlas es mejor para nosotros, ¿por qué no forzarnos a hacer cosas por mejorar nosotros aunque no tengamos ganas, sólo porque sabemos que será bueno para nosotros?

Sin prisa pero sin pausa, pensando en el largo plazo pero entendiendo que éste, se construye desde el aquí y ahora.
¡Ánimo chic@s, se puede!

Recordad: caminante no hay camino, se hace camino al andar.

La profecía autocumplida o efecto pigmalión

By | Autoestima, Confianza en uno mimso, Efecto pigmalión, Profecía autocumplida, Seguridad en uno mismo | No Comments

Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, en ambos casos tienes razón. (Henry Ford).

 

Aprovechando que estos días muchas personas hablan del efecto pigmalión por un anuncio de la televisión, hoy, hablaremos de ello.

¿En qué consiste en realidad este efecto?

Cuando hablamos en psicología, sociología o pedagogía de efecto pigmalión o profecía autocumplida, estamos haciendo referencia a las expectativas, a los prejuicios, a la confianza en uno mismo y en los otros, y al éxito a la hora de lograr aquello que nos proponemos o que es importante para nosotros.

Este efecto, tiene su origen en un mito griego, un escultor llamado Pigmalión, se enamoró de Galatea, una de sus creaciones. La admiración era tan fuerte que empezó a tratar a la escultura como si de una mujer real se tratase. Como podéis imaginar, al final, la escultura cobró vida durante un sueño de Pigmalión. Afrodita, al ver el amor que Pigmalión sentía por Galatea, la convirtió en mujer de carne y hueso.

De este modo, Pigmalión, no sólo logró lo que deseaba, sino que superó las expectativas que tenía en la estatua, quería tanto que representase a la mujer perfecta, que finalmente, la creó.

 

Lo haré bien porque mi profesor, padre, madre, amigo/a, jefe/a, psicólogo/a, cree que puedo hacerlo. 

Lo haré bien porque creo que puedo hacerlo.

A estas alturas, el ser humano  ya sabe que la confianza en sí mismo, sobre todo, la tiene que buscar en su interior, pero si bien es cierto, esa confianza en nosotros, también está formada por la imagen que los otros tienen de nosotros.

Muchas veces, cuando no nos sentimos bien, si nadie nos mira, nos dejamos llevar, nos hundimos, podemos no salir de casa en un fin de semana entero, y ni siquiera pasar por la ducha, pero, ¿somos capaces de hacerlo si otro nos mira?, en general no, o por lo menos no nos sentiremos tan cómodos, pensaríamos: ¿qué va a pensar de mi?

En muchos casos, los psicólogos recomendamos hacer públicas nuestras decisiones como dejar de fumar, ponerse a dieta, hacer deporte, etc., porque al decirlo a otros, ponemos en juego el que los demás puedan variar la imagen que tienen de nosotros, y eso ya nos condiciona más.

Al ser humano, le gusta agradar, le gusta que le reconozcan sus méritos, y por lo tanto, lo que piensen de él, influirá en sus acciones.

Además, aunque sin duda alguna la fuerza esté en nosotros, a veces no la encontramos, y si otro la ve, y puede hacer que la veamos, nos ayudará enormemente.

El efecto pigmalión por lo tanto, habla de cómo lo que otro pueda pensar de ti, puede influir en tu rendimiento.

Como imagino que ya debéis estar pensando, existen distintos tipos de efecto pigmalión, hay personas con capacidad para ser un pigmalión positivo, y otras para serlo en negativo.

Cuando hablamos de efecto pigmalión positivo, nos referimos a la capacidad que tiene una persona, de generar en otra, un aumento de la autoestima y de la confianza en él mismo, garantizando o fomentando que ésta, pueda llegar a llevar a cabo la tarea que se ha propuesto con éxito. Estas personas ven más allá, son capaces de ver capacidades en ti que tú ni siquiera has visto, pueden incluso hacerte creer que realmente la tienes, por lo tanto, te tratan como si ya las posees y depositan en ti una confianza que provoca lo que se llama la profecía autocumplida, si yo creo que tú eres capaz de lograr una meta, y te motivo, creo en ti y te lo hago saber, al final, tú podrás lograrlo, haré que saques todo tu potencial, y por lo tanto habré logrado que mi expectativa en ti se cumpla.

En cambio, el efecto pigmalión negativo, se refiere a la persona que contribuye en fomentar en el otro una bajada de autoestima y de confianza en él mismo para poder lograr un objetivo concreto. Es más, uno puede impactar tanto en el otro que éste, ni siquiera llegue a plantearse que esa tarea pueda desempeñarla con éxito. 

Cuando esperas cosas buenas de las personas les muestras esa confianza en ellos, y por lo tanto al final, con mayor probabilidad te responden de forma positiva.

Este fenómeno es muy importante debido a que tiene repercusiones en muchos ámbitos, podemos verlo en el educativo, el laboral, el social, el familiar o el de la pareja. Alumnos que abandonan el carnet de conducir o un deporte por un mal profesor, brillantes empleados que abandonan su puesto de trabajo por un mal jefe, hijos que no se creen capaces de lograr ciertas cosas porque así se lo hacen sentir sus padres, parejas que terminan la relación porque se convencen de que el otro no puede ofrecerle lo que busca o porque terminan sintiéndose poco válidos por los constantes ataques y reproches.

¡Cuidado! Todos nos posicionamos en ambos lados en algún momento o ante determinadas personas, la clave está en trabajar nuestros prejuicios, éstos serán los que nos condicionen el trato hacia el otro y los responsables de convertirnos en pigmaliones positivos o negativos.

Tenemos que trabajar nuestro foco atencional, ampliarlo, ver a las personas en conjunto, aprendiendo a mirar en ellas no solamente sus fallos, sino también sus aciertos, así, podemos colaborar en que el otro crezca.

Ser pigmalión positivo es genial, pero seamos realistas, no lo seamos si la meta es inalcanzable, recordemos que el objetivo es fomentar la autoestima y lograr la meta, pero valoremos previamente si se puede o no lograr antes de incitar a los otros a desempeñarla.

RECORDAR QUE NUESTRO LENGUAJE INTERNO PUEDE SER NUESTRO MEJOR PIGMALIÓN POSITIVO O NEGATIVO, NO NOS OLVIDEMOS DE ÉL.

pigmalión_web