Category Archives: Autoestima

Cuida tu autoestima

By | Autoestima | No Comments

La autoestima hace referencia a nuestro autoconcepto, cómo nos vemos a nosotros mismos, cuánto de válidos nos sentimos, cuánto nos aceptamos, cuánto de capaces nos sentimos para encarar las adversidades de la vida…

La autoestima también nos habla de cómo nos relacionamos con los demás, cuánta importancia le otorgamos al juicio de los demás acerca de nuestra valía personal.

Sin duda alguna nuestra autoestima fluctúa a lo largo del tiempo, no siempre tenemos la misma sensación de estima personal, pero por suerte, hay cosas que se pueden trabajar para aumentar nuestros niveles si creemos que son deficientes. Quererse a uno mismo es vital para funcionar bien, para lograr mentas y para sentir paz.

Hay diferentes aspectos que podemos tener en cuenta para trabajar nuestra autoestima:

1. Poner límites. Todo lo que no nos hace sentir bien y que no queremos tolerar no tenemos porqué permitirlo ni aceptarlo. Una cosa es adaptarse a una vida con otras personas y otra es tolerar lo que no va con nosotros. Es importante respetar nuestros principios y valores.

2. Hablarnos bien. Decirnos también lo bueno que hay en nosotros, las capacidades que tenemos, los logros que vamos consiguiendo, las cualidades positivas que nos definen.

3. Ser asertivos. Defender nuestra opinión respetando la de los otros. Nuestra opinión es válida, siempre que la defendamos.

4. Olvidarnos de las comparaciones con los demás. No somos los otros, hay que olvidarse de lo que hacen, son y define a los demás y compararse con uno mismo. ¿Estás peor que antes? Pues, ¡manos a la obra! ¿Estás mejor que antes? Pues, ¡sigue así!

5. Rodearnos de personas que nos agraden y nos hagan sentir bien, esas personas que sabemos que nos suman. Mantener relaciones de respeto en las que se permita la individualidad, no la dependencia. Las personas que elegimos para que nos acompañen en el día a día deben aportarnos serenidad, amor y afecto, vigila mantener alejadas de ti a aquellas que no ven más que tus defectos y a las que no te permiten ser.

6. Tener metas vitales. Una persona que cree en sí misma se plantea retos y se permite salir de la zona de confort.

7. Priorizarnos. Está bien ser altruista y pensar en los demás, pero no te olvides de ti, ¿si no te dedicas un tiempo, cómo vas a sacar lo mejor de ti? Es importante respetarnos y cuidar aquello que nos conecta con nosotros mismos.

8. Responsabilizarnos de nuestro bienestar. Escucharnos. Si sentimos que nuestras emociones no nos agradan, que nos paralizan y nos impiden avanzar es importante que las escuchemos y que trabajemos en ellas. No podemos mantenernos en el malestar como si no dependiese en absoluto de nosotros, no es así, el bienestar empieza en ti.

9. Vernos en conjunto. Ver más allá de las cosas que no nos agradan de nosotros mismos. Somos perfectos imperfectos, pero eso es gracias a que tenemos defectos y virtudes, no podemos hacer reduccionismo de nosotros mismos y ver sólo lo que nos desagrada, no somos lo que nos desagrada, somos mucho más.

10. Escuchar a los demás, pero no olvidar que nuestra opinión es la más importante.
Espero que este post os haga pensar y que trabajéis en ello. ??
¡Feliz día!

Escoger bien cambia vidas. 

By | Autoestima | No Comments

No compartimos la vida con las personas para que nos quieran un rato sí y otro no.
No compartimos nuestro tiempo con las personas para que sólo nos valoren, atiendan, cuiden y traten de hacer feliz cuando les apetece como último plan.
No hay que aceptar ser el último plan de nadie. Si lo detectamos y aún así nos mantenemos ahí dejaremos de gustarnos y la vida, poco a poco dejará de tener sentido para nosotros.
Hay personas que no nos eligen, que no nos valoran y que tampoco valoran cómo hacer para mantenernos en su vida.

Las hay, ahora bien, ¿que existan quiere decir que nosotros valemos poco? 

¿Que alguien nos suela dejar para después habla de quién somos?

¿Su conducta habla de cuánto valemos? 
No. No. Y no.
Si algo habla de nosotros es cómo nos sentimos, cómo actuamos, qué permitimos, qué callamos, con qué nos conformamos… a qué y quién le dedicamos nuestro tiempo.

Escoger bien cambia vidas. 

No te dejes para después, tampoco lo hagas con tu tiempo.

By | Autoestima | No Comments

Al final todo empieza por nosotros mismos.

Por querernos, por respetarnos, por saber quiénes somos, qué buscamos, qué esperamos encontrar, qué nos mueve, a qué aspiramos.
Hasta que no nos detengamos a conocernos cualquier viento nos arrastrará.
Hasta que no valoremos dónde queremos estar y dónde no seguiremos perdiendo tiempo y cada vez estaremos más perdidos.

¿Quién eres?

¿Qué te mueve?

¿Que te apaga?

¿Dónde estás?

¿Cómo te sientes en ese lugar?

¿Qué necesitas para cambiar tu realidad?

¿Qué depende de ti?

¿Qué está en tus manos para hacer que tu realidad tenga más que ver contigo?

¿Hasta qué punto te escuchas a ti para tomar decisiones?

¿Hasta qué punto el rumbo de tu vida es tuyo?

¿Hasta qué punto estás dejando que otros decidan por ti tu día a día? 

Hasta que no te valores a ti por encima de los demás no valorarás tu tiempo. Hasta que no valores tu tiempo no harás nada con él.
El tema es que si existe una verdad universal en la vida es que la vida es finita, para todos y en todos los lugares del mundo.

¿A qué esperas para empezar a invertirlo en ti? 

No te dejes para después, tampoco lo hagas con tu tiempo.

Eso no es amor

By | Autoestima, pareja, PAREJA/AMOR/DESAMOR | No Comments
Muchas veces confundimos el amor con cosas que nada tienen que ver con ese maravilloso sentimiento.
Es difícil en realidad definir el amor, hay mucha controversia con el tema de su definición. Es un estado, una emoción, un sentimiento, una filosofía de vida, una práctica. No importa, no voy a entrar en ese debate hoy. Lo que está claro es que debe acercarnos más a la paz que a la negatividad.
Erich Fromm en su libro «El arte de amar» aporta muchas frases que aclaran el tema que pretendo en este post, algunas interesantes son:
«Para desarrollar un amor maduro, sabio y responsable necesitamos trabajar en cuatro dimensiones esenciales: el cuidado, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento».
«El que ama se transforma constantemente. Capta más, observa más, es más productivo, es más él mismo».
«El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos».
«El amor es una energía que produce amor».
Bien, vemos que el amor aporta, nos invita a amar, a responsabilizarnos de nosotros y de la vida, a respetarnos y a respetar, a cuidarnos y conocernos, nos invita a crecer.
¿Todas las veces que has sentido que eso era amor sentías lo que verdaderamente el amor implica?
¿Todas las veces la persona a la que amabas procuraba que tú pudieses amar y amarte bien?
Hay muchas señales para detectar si algo es o no amor, aunque podamos sentir que es la persona de nuestra vida si tiene alguna de estas conductas es probable que no estés ante un buen amor:
– Controla todos tus pasos, dónde estás, con quién, de qué hablas, cuándo hablas y con quién, a quién escribes whatsapp, qué sigues en las redes sociales, qué comentarios escribes o te hacen gracia.
– Le molesta que pases tiempo con tus amigos o familiares.
– No tiene en cuenta tus deseos.
– No cumple con los compromisos que adquiere contigo. Constantemente hay desplantes en el último momento.
– No pide perdón ni acepta su parte de responsabilidad en las cosas
– Planifica tu vida sin preguntarte.
– No se separa de ti para nada.
– Abusa del chantaje emocional.
– Trata de convencerte de qué personas te convienen y cuáles no.
– Trata de imponerte su manera de entender el mundo. No acepta que no tenéis por qué pensar igual en todo. No respeta tu forma de pensar.
– Te menosprecia, da a entender que le/la necesitas, que sin él/ella no serías nada.
– Controla en qué gastas y te pide explicaciones que cada gasto.
– Te critica constantemente. Hace alusión a tu ropa, a tu estética, a los adjetivos que describen tu personalidad.
– Recalca lo negativo, (exista o no en ti). Exagera lo malo que hay en ti (exista o no) y resta atención y valor a lo bueno que te caracteriza.
– Le quita valor a lo que te inquieta. Lo que tú expresas como preocupación es algo que desde su juicio no deberías atender, es absurdo. «Te quejas por todo, por vicio».
– Es tozudo/a y rencoroso/a. Al final para que haya paz siempre tienes que ir tú y terminar cediendo. Puede pasar días sin hablarte, «castigándote».
– No le hace ninguna gracia que pases tiempo con personas del sexo opuesto.
– si tiene problemas, de un modo u otro tú siempre habrás influido negativamente en ellos, incluso en su creación.
– Te exige hacer cosas que no quieres hacer, trata de convencerte por todos los medios para que termines cediendo a sus demandas.
– Te compara con otras personas, (y no precisamente para remarcar tus virtudes).
– Cualquier ocasión es buena para echarte en cara (una vez más) tus errores del pasado.
– Haces cosas que no quieres hacer sólo para que no se enfade.
– Cuando tienes un problema no te entiende, no empatiza contigo o incluso se lo toma mal.
– Ya no les explicas a tus amigos y familiares los problemas que tenéis porque en el fondo sabes que te harán tomar decisiones por tu bien o para que no se enfade.
– Te habla más mal que bien la mayor parte de las veces.
– Ya no recuerdas cuánto tiempo pasaste una semana tranquila con esa persona.
Hay cosas que parecen amor pero que no lo son. Muchas, más de las que me gustaría…
Ya sabemos que los sentimientos a veces nos confunden, que nos hacen creer cosas que no son verdad, pero date la oportunidad de añadir objetividad a tu vida. Valora si tu amor es sano o por el contrario sólo tiene un muy buen disfraz.
 
 
 

Aprender a no estar solo

By | Autoestima | No Comments

Madurar es responsabilizarse del propio bienestar. Es entender que quererse bien es tomar la decisión de alejarse de todo aquello que nos hace sentirnos mal con la realidad o con nosotros mismos. Es asumir que esa decisión de cuidarse y de valorarse es nuestra, que nadie puede tomarla por nosotros, que o lo llevamos a cabo o nuestra realidad sólo hará que empeorar. Aunque le/la queramos, aunque nos atraiga, aunque tengamos miedo a la soledad, aunque lo que vamos conociendo sea peor que lo que tenemos, da igual, si no es para nosotros no lo es, si no nos aporta calma no tiene sentido que nos conformemos, si no nos da más bienestar no vale la pena seguir ahí, es momento de tomar decisiones responsables, adultas, maduras. 


Hay que trabajar la autoestima, hay que empoderarse, darse cuenta de la valía personal y a partir de entonces entender la verdad de la vida, que no cualquier compañía vale, que la soledad no es peor que una mala compañía, que quererse implica alejarse de todo aquello que nos resta. Madurar es elegir, elegir bien, y sobre todo priorizarse por encima de cualquier miedo. El miedo a la soledad no puede ser mayor que el miedo a perderse a uno mismo. Elegir bien es cuidarse, es señal de salud personal, es consecuencia de una autoestima trabajada. Quieres quererte pero al mismo tiempo sigues al lado de alguien que no te hace saber lo que vales, a quién no admiras, eso es un poco incompatible. Si verdaderamente quieres estar bien contigo mismo empieza a elegir a quién le regalas tu tiempo. No cualquiera merece ese privilegio.

 

La inseguridad, la cara oculta de la perfección.

By | Autoestima | No Comments

Podemos decir que somos inseguros o que buscamos la perfección, podemos definirlo como queramos, pero al final hablamos de lo mismo. La perfección es una meta que en esta etapa de la vida parece que todos debemos alcanzar, es como si en todo tuviésemos que llegar a la excelencia, ya me dirás qué sin sentido…
El tema está en que esa perfección que nos exigimos o que nos exigen tiene muchas más consecuencias negativas de las que nos creemos. Hay muchas personas que a día de hoy aún piensan que lo mejor es no parar de exigirse, y cuánto más altas sean esas metas mejor, pero no, calma, las personas necesitamos grandes dosis de realismo, y en cuanto a nuestras metas, también, sinceridad ante todo.
No solamente necesitamos tener los pies en la tierra, también necesitamos tener un poco de buen humor, reconocernos alguno de nuestros logros y algo de calma. Las personas perfeccionistas no suelen tener mucho de esto último, son muy exigentes consigo mismas, no se conforman con nada, no son capaces de agradecer porque cuando hay que pararse para dar gracias ya están enfrascados en otra nueva super meta o enfadados porque no están todo lo comprometidos que «deberían estar» en sus tareas. 


Las personas perfeccionistas no son capaces de parar, relajarse, dejarse llevar, equivocarse… (en fin, vivir, porque equivocarse creo que es condición sine qua non de la existencia humana…).

Los perfeccionistas tienen altos niveles de ansiedad porque necesitan tener perfectamente claro que su trabajo es excelente y no pueden parar hasta que así lo sienten, (muchas veces no llegan a sentirlo nunca, por lo tanto aunque hayan dedicado horas y horas a algo, su trabajo parece que no es digno de reconocerse, «no ha valido la pena», «ha sido una estupidez».
Estas personas son muy rígidas en su pensamiento, tienen unas ideas muy claras de cómo deben ser las cosas y de cómo no deben ser, necesitan sentir que lo tienen todo bajo control, (otra gran mentira a la que muchos aspiran en la vida…), y cuando sienten que las cosas se les escapan, su ansiedad y sus obsesiones empiezan a dispararse, con lo que de nuevo sufren de más.
Las personas perfeccionistas constantemente tienen presentes todas aquellas cosas terribles que les podrían pasar, ¿por qué? porque no confían lo suficiente en ellas mismas y/o porque dramatizan en exceso las consecuencias negativas de que algo no sea exactamente como habrían deseado que fuesen.
Voltaire dijo que: «Lo mejor es enemigo de lo bueno”, y es que como sabemos o ya deberíamos saber, la perfección no existe, sin duda está bien hacer las cosas adecuadamente, pero al tratar de hacerlas todas perfectas muchas veces pagamos un precio muy alto, no vivimos ni la mitad de las cosas que desearíamos vivir, no nos reforzamos por nuestros logros, no nos permitimos equivocarnos, tenemos más ansiedad de la necesaria, dudamos de más, somos demasiado exigentes con nosotros mismos…
¿Por qué no puedes confiar ya en ti? 
¿Por qué necesitas que todo sea perfecto?
¿Por qué necesitas tanto la aprobación de los demás? 
¿Por que la excelencia debe ser lo único a lo que aspirar?

Consecuencias de no saber decir «no»

By | Autoestima, Inteligencia emocional | No Comments

Es verdad que cuando no decimos que no, cuando no decimos que no estamos de acuerdo o cuando no hacemos algo distinto de lo que se espera de nosotros y todo nuestro entorno está en calma, para nosotros eso supone un alivio.
Es cierto que a corto plazo ese callar o ceder nos resulta beneficioso, ahora bien, ¿Qué pasa a largo plazo cuando no somos asertivos? ¿Qué pasa cuando no ejercemos nuestro derecho a decir no?


– La primera y más importante de las consecuencias de no expresar lo que sentimos, pensamos o deseamos es que afecta a nuestra autoestima, se resiente. De primeras no nos tenemos en cuenta, no nos priorizamos y lo sabemos. Además de afectar a nuestra autoestima también sufrimos otras consecuencias:
Aumenta nuestro sentimiento de inferioridad, nos creemos cosas como que somos menos capaces.
Aumenta la probabilidad de que de pronto estallemos por acumulación y tengamos una reacción desmesurada ante una situación «normal».
– Lleguemos a ser más duros con las personas a las que no queremos ni queríamos herir.
Más problemas interpersonales al no ser del todo sincero con las personas y éstas en realidad andar perdidas y no disponer de toda la información.
Ira o rencor «interior o exterior» hacia aquellas personas que «desde nuestro punto de vista» no nos permiten ser nosotros mismos, (aunque en verdad no sea así).
Sentimiento de insatisfacción. Al no expresar sus deseos y terminar haciendo sobre todo lo que otros desean o lo que se espera de ellos sienten que nunca hacen lo que en realidad querrían o les gustaría hacer.
Sentimiento de culpa (y como yo digo perlitas o incluso insultos potentes de nosotros mismos) que cargamos y que nos regalamos por no sentirnos capaces de hacer otra cosa. Fustigarse a base de bien.
Soledad emocional. Al final al no expresar la verdad nos sentimos mal pero nadie puede entendernos.
Malestar emocional: las personas que sienten que en general no se respetan, ni se priorizan, ni se garantizan cosas agradables suelen tener mayores niveles de irritabilidad, tristeza, desesperanza y/o ansiedad.

Por último, al estar siempre ahí muchas veces se tiende a abusar de esa situación y muchas personas nos exprimen demandando de nosotros el máximo sin ponerse en nuestro lugar.

Bien, parece que siempre decir que «no» agota, y tampoco es necesario, pero no decirlo nunca no parece tampoco que sea demasiado bueno. Habrá que plantearse hasta qué punto vivimos lo que queremos vivir o hasta qué punto dejamos que otros decidan nuestros pasos del día a día.

¿Qué nos mantiene en relaciones que «no deberíamos» estar?

By | Autoestima | No Comments

Los tipos de apego que más se observan en la práctica clínica son:

1.La vulnerabilidad al daño y el apego a la seguridad/protección. 

Las  personas que funcionan en base a este apego «necesitan»obtener la cantidad esencial de seguridad/protección que entienden que necesitan para enfrentarse a una realidad que perciben como muy amenazante.  Es de los apegos más resistentes que hay porque la persona lo vive como una cuestión de vida o muerte. Lo que se busca aquí es supervivencia, no amor, ni afecto, ni atención, ni sexo, etc. La persona interpreta el mundo como una amenaza terrible que por si misma no será capaz de gestionar, se siente indefensa y desamparada. Las muestras de protección y de seguridad pueden ser sumamente sutiles e insignificantes pero la sola presencia de la fuente de seguridad es suficiente para la persona para sentirse protegida.

  • Déficit: Baja autoestima. «No soy capaz de valerme por mi mismo/a.
  • Miedo: Al desamparo y la desprotección.
  • Apego: a la fuente de seguridad interpersonal.

2. El miedo al abandono y el apego a la estabilidad/confiabilidad.

Evidentemente la mayoría de las personas esperamos tener una relación estable y fiel, y desearlo no implica apego, pero volverse obsesivo ante la posibilidad de que la relación pueda terminarse sí que lo es. Las personas que viven en base a este apego tienen una hipersensibilidad al rechazo, para que no se produzca, «necesitan» sentir confianza en todo y en todo momento, el hecho de no sentirlo podría implicar la tan temida ruptura. En este caso se buscan compañeros fieles, nos gusten o no, nos hagan felices o no, pero que tengamos la convicción de que no nos dejarán porque no sabrían qué hacer sin nosotros. A menudo, las personas que funcionan en base a este apego han tenido distintas experiencias de infidelidades, rechazos o pérdidas que no han gestionado bien y que por lo tanto no quieren revivir en absoluto.

  • Déficit: Vulnerabilidad a la ruptura afectiva.
  • Miedo: Al abandono.
  • Apego: A las señales de permanencia.

3. La baja autoestima y el apego a las manifestaciones de afecto. 

El objetivo en esta clase de apego es sentirse amado, no tanto la estabilidad o el abandono. La persona tiene una «necesidad» constante de ser amada, lo que le lleva a estar constantemente pendiente de las expresiones de amor que recibimos para evaluar cuánto nos quieren. En función de cuánto interpretamos que nos quieren, definimos cuánto de «queribles» somos. A mi mismo no me quiero y necesito que me quieran para quererme más a mi mismo, si no siento que me quieran entonces es que no valgo, (sentimiento del que evidentemente uno siempre quiere huir).  Cuando una persona se quiere poco, al acercarsele alguien interesado por ella se extrañan y piensan: ¡Uy! algo malo debe tener si se interesa por mi. A partir de ahí empieza el miedo a sufrir, esa persona podría tener algo malo y por lo tanto podría hacerme daño, y yo no quiero sufrir. Esto último nos lleva a otro problema, «necesito amor pero al mismo tiempo me da miedo».

  • Déficit: Baja Autoestima.
  • Miedo: Al desamor.
  • Apego: A las manifestaciones de afecto/deseabilidad.

4. Los problemas de autoconcepto y el apego a la admiración. 

El autoconcepto hace referencia a cuánto nos aceptamos a nosotros mismos, es lo que pensamos de nosotros. En este caso, la carencia no es de amor sino de reconocimiento y adulación. cuando uno no se siente gran cosa, si alguien le hace saber que es lo más fácilmente aparece el apego. La admiración es la antesala del amor, de este modo, nos agradan las personas que nos aumentan el ego, incluso «enganchan». Aquí, da igual si la persona me da o no lo que me gustaría obtener de una relación, lo importante es que me admira y me valora mucho.

  • Déficit: Bajo autoconcepto.
  • Miedo: A la desaprobación/desprecio.
  • Apego: A la admiración/reconocimiento.

5. El apego «normal» al bienestar de toda buena relación. 

En una buena relación pueden darse: sexo, mimos/contemplación, compañerismo/afinidad y/o  tranquilidad, estas formas de bienestar también pueden llevarnos al apego. Existen personas que no dejan ni piensan en dejar la relación por el sexo, otras por los mimos y las caricias, otras por la cantidad de cosas que hace con la pareja, porque no sabría con quién hacer esas actividades que tanto le gustan y otras porque el saber que existe esa persona y que no están solas les produce tranquilidad.

Muy probablemente algunos de vosotros os veis reflejados en alguno de estos apegos, si es así, sería bueno que lo trabajaseis para que vuestra vida y vuestro futuro lo escogieseis vosotros y no él. Cuando tenemos una necesidad, (que no elección consciente) no somos nosotros quiénes elegimos las cosas que nos ocurren, quién elige nuestra vida es nuestro impulso. Hay que vigilar con eso, la vida es y debería ser nuestra, fluyendo, sí, pero con algo de consciencia también, con elección personal real.

 

 

 

Walter Riso, (2015). ¿Amar o depender? cómo superar el apego afectivo y hacer del amor una experiencia plena y saludable. Planeta/Zenith. 49-65.

¿Qué hace que nos apeguemos?

By | Autoestima | No Comments

El apego es algo de lo que se habla mucho pero que genera múltiples confusiones a la hora de entenderlo. Algo similar a lo que ocurre con el término de bipolaridad, del que también se abusa sin conocer exactamente lo que implica.

Para poder hablar de apego debe existir algo que lo evidencie: evitar el dolor o mantener la satisfacción. Nadie se aferre al sufrimiento por el sufrimiento en sí. Incluso en el caso de los masoquistas, estos mantienen la conducta por el disfrute del sufrimiento,  no por el sufrimiento en sí.

El apego es un vínculo obsesivo con un objeto, idea o persona.

Se basa en cuatro creencias falsas:

  1. Que es permanente,
  2. que nos hará felices,
  3. que nos dará seguridad total
  4. que dará sentido a nuestra vida.

Cuando tenemos un vínculo de apego, no estamos preparados para la pérdida y no aceptamos la separación. Fruto de ese miedo y esa negación de la realidad, la persona invierte prácticamente la totalidad de sus energías en lograr que ese vínculo no se interrumpa, siente y cree firmemente que no podría soportarlo y que sería terrible que eso sucediese, por lo tanto «NECESITA EVITARLO A TODA COSTA».El tema del apego es muy importante porque genera muchísimo malestar en las personas, además de que conlleva consecuencias muy negativas para estas. Les impide disfrutar de las cosas porque viven constantemente centradas en la evitación de miedos futuros y porque además no deciden sus conductas en base a la realidad objetiva, sino a sus miedos, (muy menudo catalogados todos ellos como terribles).

Siempre que los principios del placer y de la seguridad estén en juego, aunque sólo se trate de instantes, las personas pueden apegarse a lo que sea.

Existen diferentes tipos de apegos, y una misma persona puede apegarse a uno, varios o todos ellos.

El sentir esa adicción a lo apegado nos limita, nos invita a estar en lugares en los que en realidad no nos sentimos bien, nos hace creer que no seremos capaces de hacer otra cosa, nos invita a pensar que no seremos capaces de sobreponernos a las situaciones de cambio propias de una ruptura amorosa, aunque en nuestra historia personal podamos recordar otras ocasiones en las que sí que pudimos.

Es obvio que es buenísimo elegir a alguien y desear que las cosas funcionen con esa persona, (o con ese trabajo, o con lo que sea), pero si no es así, es bueno que podamos verlo, aceptarlo y permitir que no sea si no es. El apego hace que no nos demos la oportunidad de vivir lo mejor para nosotros, hace que nos conformemos con cualquier cosa, y ya sabéis qué opino yo de eso de conformarse con cualquier cosa…

 

 

Walter Riso, (2015). ¿Amar o depender? cómo superar el apego afectivo y hacer del amor una experiencia plena y saludable. Planeta/Zenith. 49-65.

¿Quieres que se hable bien de ti?

By | Aceptación, Autoestima, Confianza en uno mimso | No Comments

 

Hace mucho que quería poner esta imagen, me encanta, la uso un montón en consulta, me parece ¡taaaaan cierta!
Al final, ni haciéndonos el muerto TODOS hablarían bien de nosotros. Hay quien directamente no sabe hablar bien de los demás, bueno, no es que no sepan, es que algunos no quieren tomarse esa molestia, (si supiesen que sobre todo es bueno para ellos…).
No estamos libres de las críticas, no estamos libres de los comentarios o juicios acerca de nuestra persona o de nuestras conductas, pero

¿Hasta qué punto son importantes esas críticas?
¿Hasta qué punto hemos de adaptarnos a los deseos de las otras personas?
¿Hasta qué punto hemos de medir nuestra libertad por agradar a todos?
¿Hasta qué punto es realista nuestra meta, se puede agradar a todo el mundo?
En consulta vemos que se sufre mucho por esto, y lo peor es que en la mayoría de los casos, la preocupación del «qué dirán» no incluye a personas significativas de nuestra vida, sino todo lo contrario, sobre todo parece como que no nos hemos parado a pensarlo, porque en realidad nos preocupa que opinen mal de nosotros personas que no dan mucho o ningún sentido a nuestra vida. ¿Para qué les damos el poder de decidir por encima de nosotros a ellos?
En el caso de las críticas de las personas significativas, de las que sí que nos importan y sí que dan sentido a nuestra vida, obviamente a todos nos gusta agradar, todos tenemos ese propósito consciente o inconsciente de recibir siempre la aprobación, pero una vez más no es realista el pensar que nuestras decisiones siempre gustarán a todos y que por lo tanto tenemos fórmulas para evitar que se pueda hablar mal de nosotros.
Hay que aceptarlo, darle el valor que tiene y no desviarse de la realidad, al final, la calma uno la logra haciendo lo que desde «sus zapatos», siente que es lo mejor en ese momento y eso eso lo que debe hacer si pretende tener una conciencia tranquila.
No estoy invitando a no pensar en nadie más que en uno, en absoluto, pensar en uno también incluye pensar en las consecuencias de nuestras decisiones para las personas a las que queremos, pero… no es buena idea siempre valorar más los intereses de los otros que los propios.
Al final, ni haciéndote el muerto te vas a librar.
¡Feliz fin de semana!