Category Archives: ansiedad

¿Preocuparse? ¡¡¡Ocuparse!!!

By | ansiedad | No Comments

Preocuparse es anticipar problemas o situaciones negativas que tal vez ni lleguen a ocurrir. También incluye construir relatos del pasado con formas distintas a las que son en realidad o que jamás sabremos.


¿Para qué nos sirve esa conducta?
Es evidente que todos tenemos preocupaciones, las hemos tenido y las seguiremos teniendo. No voy a hacer un llamamiento al no preocuparse por nada, sin duda no es ese mi objetivo. Lo único que pretendo es que nos planteemos si nuestras preocupaciones tienen que ver con la realidad o con nuestra imaginación. Que tengamos en cuenta si esa preocupación hace referencia a un problema nuestro y/o a un problema que podemos atender. Si la respuesta es negativa, si no hay nada que podamos hacer, entonces ¿para qué estamos invirtiendo nuestro tiempo y energía en eso?

Hay bastantes cosas interesantes y productivas en las que poder invertir nuestro tiempo, ¿no?

Como dicen: Si tiene solución ¿para qué te preocupas, y si no la tiene, ¿para qué te preocupas?

Lo que está claro es que si podemos hacer algo para resolver el problema preocupándonos estamos perdiendo el tiempo y si no podemos hacer nada, lo mismo.

A los problemas reales cuanto antes les demos solución mejor, y los que no existen, no los creemos nosotros mismos que la vida ya nos va poniendo bastantes trabas en el camino.

Tenemos entendido que preocuparnos es bueno para resolver problemas, pero no es así, si tendemos a preocuparnos por todo terminaremos preocupándonos por estar siempre preocupados y cada vez nos costará más salir de ese círculo vicioso, que no digo con esto que eso no tenga solución, para nada, también la tiene.

Ya sabéis, «Mientras no sea muerte, ¡estamos de suerte!».
A veces las personas se preocupan de más básicamente porque no llegan a detectar cuál es el problema real. Detente un momento y piensa:

¿Cuál es el problema? ¿Existe realmente? ¿Puedo hacer algo con él?

A partir de ahí empieza a buscar soluciones, y si no las encuentras pide ayuda, las hay, ¡seguro! 

El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son

By | ansiedad | No Comments

Todos hemos tenido, tenemos y/o tendremos miedos.

Aún no he conocido a nadie impasible completamente ante ciertas situaciones que considera desconocidas o complicadas de abordar.


El miedo forma parte de la vida, forma parte del día a día. Nos lanzan a diario mensajes de cosas en las que deberíamos preocuparnos. Algunos de esos mensajes son poner una alarma en casa por si a caso entran a robar y nos dañan, contratar seguros médicos por si enfermamos, comprar la ropa de tendencia para poder estar a la moda, (no sea que nos rechacen por ello), hacer dieta para coincidir con el canon de belleza, (de nuevo para obtener la aprobación)… Nuestros padres, familiares y amigos cercanos también tienen miedos, y también nos los contagian, «Llámame para decir que has llegado bien», «no vayas sola», «vamos al médico no vaya a ser algo grave, (digo cuando sabemos que no lo es), «no insistas no vaya a rechazarte por pesado/a)…

Vivimos de algún modo en la cultura del miedo y las personas caemos en esa trampa. «Necesitamos» mil cosas, nos lo decimos y terminamos creyéndolo. Como llegamos a creer que lo necesitamos empezamos a intentar controlarlo todo, pero hay tantas cosas en la vida que escapan a nuestro control…

 

El miedo existe, y no es que no haya que tener miedo a nada, en absoluto, pero ¿la mayoría de tus miedos son realmente tan graves como tus los vives?
Lo que necesitamos es aprender a ver las cosas como son, a no dejarnos llevar por nuestras emociones, a no creer que las cosas siempre son como las sentimos. Necesitamos aprender que todo lo que pensamos no es cierto, igual que todo lo que nos asusta no tiene porqué ser tan grave, quizás incluso no lo es en absoluto, quizás algún día nos tocará vivirlo y comprobaremos que no es el fin, que no morimos, que también podemos con eso, que somos más valientes de lo que a veces creemos, que podemos con más cosas de las que imaginamos. El miedo siempre te dirá las cosas peor de lo que son. Aprende a decirte la verdad.

¿Huir? ¿Para qué? ¡Enfréntate!

By | ansiedad | No Comments

No podemos huir de lo inevitable porque termina volviendo a plantarse frente a nosotros.
No cabe duda de que cuando tenemos algo que resolver, por mucho que tratemos de ignorarlo, de pensar en otra cosa, de distraernos haciendo otra cosa o lo que sea, al final esa preocupación vuelve a nosotros, es nuestra vida, es nuestro bienestar lo que está en juego y escapar de ello es perjudicarnos a nosotros mismos en muchos más ámbitos.
Cuando algo nos inquieta tenemos la responsabilidad de ocuparnos de ello, ponernos manos a la obra y coger el toro por los cuernos. ¿Si no qué?
Hay situaciones que se resuelven por sí solas, que sólo precisan de tiempo y en las que no podemos o no tenemos que hacer nada más que esperar, por ejemplo si nos cortan el pelo y no nos gusta como nos queda dejamos pasar el tiempo y el problema se resuelve, pero en general, la mayoría de los problemas que nos afectan requieren de nuestra atención y colaboración. 


La respuesta de huida o de evitación es típica ante una situación de incertidumbre o miedo, pero si nos dejamos llevar por ella nuestro problema no hará nada más que aumentar, mantenerse en el tiempo y/o generar nuevos problemas.
Cuanto más tiempo dejes pasar, más fuerza cogerá el problema, tus rumiaciones acerca de todo lo malo que podría pasar van siendo cada vez más realistas, no sólo parecen un simple pensamiento sino que cada vez las crees más ciertas.
Es evidente que para resolver problemas cuánta más energía y actitud tengamos menores dificultades encontraremos para empezar a ocuparnos, pero claro, todos los que habéis rumiado o rumiáis de vez en cuando sabréis lo agotador que resulta el pensar en bucle una y otra vez, así que evidentemente, cuánto más tiempo pasa sin que empecemos a actuar con nuestro problema y más rumiamos más agotados estamos y menor actitud para enfrentarnos a él.
Hay que tener en cuenta que en nuestra mente los problemas siempre parecen peores que en la realidad, piensa en todos aquellos problemas a los que te has enfrentado y en cómo de gigantes te parecían entonces y cuánto lo eran en realidad.
No te enfoques sólo en el miedo, es más enfócate básicamente en lo que obtendrás una vez resuelvas ese problema. 

Si dejas que decida por ti el miedo ya te habrá vencido

By | ansiedad | No Comments

Lo que está claro es que tú eres real, y tu vida también lo es, pero… ¿puedes decir lo mismo de tus miedos? ¿Son todos verdades?


A menudo el miedo sólo nos recuerda o nos hace saber que algo malo puede suceder, y sí, por poder pasar… puede pasarnos de todo, pero, ¿dónde prefieres enfocar tu atención, en que seguro que todo lo malo te pasará a ti, o en que puede que pase pero también puede que no? No dejes que el eterno mensaje interno controle tu vida, piensa en lo malo que puede suceder, sin duda, si existe hay que contemplarlo, pero que no todo lo que veas o pienses sea lo malo, haciéndolo así, sin duda el miedo se lleva el premio gordo, gana tu vida, tus oportunidades, tus sueños, tus ilusiones, tus metas.. te gana a ti, decide por ti.
La vida es nuestra, cuidado con darle el timón a otro, y más aún si es imaginario…

¡Tranquilos, nada está bajo control!

By | Aceptación, ansiedad | No Comments

A veces pensamos que si tuviéramos una varita mágica nos gustaría poder controlarlo todo, que las cosas fuesen como a nosotros nos gustaría, que las personas pensasen y reaccionasen como a nosotros esperábamos que lo hicieran, que todo fuese exactamente igual a como es en nuestra mente. Lo cierto es que no nos hemos parado a pensar en la realidad que eso implicaría, ¡menudo rollazo! ¡Nada nos sorprendería! En ocasiones no pensamos realmente en las cosas que llegamos a desear, en las consecuencias que tendría el que nuestro deseo se cumpliese.


¿Calma! Nada está controlado, y eso es justamente lo que hace que la vida pueda tener siempre sorpresas que mostrarnos, eso es lo que hace que tengamos ganas de vivir, de crear, de soñar, de ilusionarnos.
Tendemos a pretender tenerlo todo bajo control, pero, ¿os habéis planteado cuál es el fin que se pretende al ir tras esa meta? ¿os habéis planteado cuáles serían las consecuencias de ocurrir así?
Pretender controlar sólo hace que descontrolarlo todo aún más, cuidado con las metas inalcanzables que nos marcamos, sobre todo si además ni siquiera nos hemos planteado si son buenas o peores.

Hazlo, en realidad van a criticarte igualmente

By | ansiedad, Autoestima | No Comments

Es curioso cuántas cosas haríamos y no hacemos por el qué dirán, cuántas personas hay que no fluyen por lo que otros puedan pensar de ellas, cuántos de nosotros quisiéramos decir cosas que no decimos y que quizás nunca diremos por lo que otros, desconocidos o no, puedan interpretar de nosotros. Nos da miedo que nos juzguen, que analicen si están bien o mal nuestros pensamientos, emociones o conductas.

Sin duda no está del todo mal pensar en los otros, lo cierto es que podemos aprender de ellos y con ellos, no hay ningún problema tampoco en que en ciertas ocasiones adaptemos nuestra conducta en base a quién tenemos delante, no es lo mismo estar con un amigo o con nuestra pareja que en una entrevista o con un jefe, pero en cualquier caso, lo cierto es que no estamos en la mente de los otros, no podemos controlar lo que pueden llegar a pensar, y nunca llueve a gusto de todos, es poco probable ser perfecto para todas las personas, que a todos gustemos y que siempre acertemos en nuestras elecciones.

En nuestra consulta de psicología se ven muchos casos de fobia social, muchas personas con miedos en las relaciones sociales, con inseguridades o con una autoestima inestable. La fobia social es, después de la agorafobia-pánico, el segundo trastorno de ansiedad más frecuente.

La fobia social es un miedo irracional y desproporcionado a distintas situaciones que implican interacción social. Las personas que lo padecen están convencidas de que su conducta será inadecuada o ridícula. Cuando tienen estos pensamientos, surgen distintas respuestas fisiológicas que les desagradan, sienten calor, rubor, tensión, temblor, sensaciones en el estómago, mareo, ganas de orinar, etc., su nivel de ansiedad cada vez es mayor.

Puesto que afrontar una situación con esos pensamientos y esas sensaciones no resulta ni fácil ni agradable, a menudo empiezan a intentar controlarlas a toda costa, piensan antes de acudir qué dirán o qué harán, dónde se sentirán más cómodos y dónde no, qué ponerse para que el sudor no se note, etc., a estas estrategias se las llama conductas de seguridad, y sirven «aparentemente» para que los demás no sean conscientes de lo que está pasando realmente por su mente o su cuerpo.

Made with Square InstaPicSi tienen alguna experiencia negativa incluso con conductas de seguridad, o simplemente ellos así lo perciben, comienzan a evitar exponerse a las situaciones sociales a toda costa, cuando dicen no, sienten calma, y eso les hace sentir bien, al menos en el momento presente. El problema está en que con el tiempo, cada vez evitan más situaciones y sus miedos van en aumento, además, cada vez consideran más ciertos sus pensamientos irracionales, cada vez tienen mayor credibilidad y su sentimiento de indefensión a la hora de poder controlar esas situaciones aumenta, sienten que hagan lo que hagan, irá mal, pensarán mal de ellos.

Hay casos de ansiedad social en los que la persona ha vivido alguna experiencia negativa previa en la que alguien ha juzgado sus pensamientos o sus acciones, pero también los hay que no han vivido ninguna situación incómoda, a veces es sólo que siempre han sido tímidos o en casa les han inculcado lo importante que es el «qué dirán», o han comenzado a pensar en lo terrible que sería si alguien pudiese pensar de ellos de forma negativa porque su conducta fuese inadecuada, lo han pensado una y otra vez, han comenzado a evaluar su conducta en las interacciones sociales, a enjuiciarla y criticarla, y al final, realmente sienten que lo que temen que ocurra, terminará sucediendo. A menudo, piensan que no sabrán que decir, que lo que dirán estará mal expresado, que no les entenderán, que se quedarán en blanco, que tartamudearán, que pensarán que son «raritos» o un «coñazo», que nadie hablará con ellos, que lo que digan no interesará, etc.

Los problemas de ansiedad social tienen gran impacto en el bienestar de las personas que la padecen, por una parte, soportan altos niveles de ansiedad, viven estresados por lo que pasó, o puede llegar a pasar.

Además, al sentirse poco o nada capaces de enfrentarse a las situaciones que temen, sus pensamientos devaluativos sobre ellos mismos aumentan, con lo que su autoestima se ve muy afectada, piensan que son aburridos, débiles, inseguros, inútiles, etc. Hay casos en los que padecer este problema durante un largo periodo de tiempo puede provocarnos depresión, también hay casos en los que la depresión nos lleva a tener ansiedad social, puesto que nosotros pensamos mal de nosotros mismos, entendemos que los demás pensarán lo mismo.

Cuando nuestra autoestima empieza a disminuir o a ser muy inestable, empiezan los problemas de estado de ánimo, cada vez tenemos menos ganas de hacer cosas, y nuestro nivel de disfrute puede verse afectado. En muchos casos, hemos de ser conscientes de que una parte de su autoestima la construyen en base a lo que otros hacen y ellos no son capaces de hacer, (o creen no ser capaces de hacer), hemos de recordar que la autoestima no es comparativa, (o por lo menos no debería serlo), la autoestima tiene que ver con uno mismo independientemente de los demás.

Los principales tipos de pensamientos en fobia social son los siguientes:

  • Sobre la propia actuación: No sabré qué decir, no me entenderán, no podré construir una sola frase con sentido, etc.
  • Sobre la percepción de los demás de nuestra actuación: se darán cuenta, daré la nota, sabrán que lo estoy pasando fatal, etc.
  • Sobre el juicio negativo de los demás: Pensarán que no tengo ni idea, que hago el ridículo, que cómo se me ocurre, etc.
  • Sobre ser rechazado: Empezarán a evitarme, no me tendrán en cuenta, dejarán de contar conmigo, me despedirán, etc.
  • Sobre autodesprecio: Lo mío no tiene nombre, qué ridículo soy, esto no se me va a pasar nunca, no sirvo para nada, etc.
  • Sobre reacciones de ansiedad visibles: se nota que tiemblo, ¡qué vergüenza cada vez sudo más!, mi pulso me delata, no podré disimular el rojo de la cara, etc.

Las personas que sufren fobia social empiezan a llenarse de pensamientos anticipatorios sobre lo que sucederá, a criticarse por lo que deberían haber hecho y no hicieron y a limitar sus interacciones sociales, cada vez reducen más su círculo. Convivir con tanto pensamiento negativo, sin duda afecta a nuestro estado de ánimo y a nuestra visión del futuro.

El tratamiento de la fobia social tiene muy buenos resultados y las personas que se enfrentan a sus miedos abandonan el problema y lo eliminan de sus vidas, si te sientes así, no dudes en acudir a un psicólogo para que te ayude con ello.

Lo cierto es que personas que vayan a criticar nuestra conducta siempre van a existir, personas a las que no vayamos a gustarles también, así que, haz lo que quieras hacer, independientemente de ellos, no puedes controlar lo que pensarán, pero si lo que tú pensarás.

La mente creadora de miedo

By | ansiedad, Autoestima, miedo, Rumiación | No Comments

Somos nosotros mismos los que damos mayor o menor valor y credibilidad a los pensamientos paralizantes de miedo e inseguridad que nos acompañan en el día a día.

11947663_386747978202594_1913709384291949481_n

Cuando nos damos cuenta, de que tenemos poder sobre nuestra mente dando realismo a nuestros pensamientos, comenzamos a mejorar nuestras interpretaciones de las cosas y por lo tanto nuestras emociones.
Nosotros somos nuestro mejor apoyo o nuestro mayor obstáculo, de nosotros dependerá escoger qué papel nos hará sentirnos mejor en el día a día.

En la actualidad, realmente hay pocas cosas que puedan suscitarnos miedo de verdad, la mayoría de éstos miedos son generados por nuestra mente, por nuestra forma de pensar y por el tiempo que le dedicamos a cada uno de nuestros pensamientos.

Cuando creemos que algo es peligroso nos asustamos, y cuando sentimos miedo evitamos el objeto temido, por lo tanto, al evitarlo le damos mayor credibilidad al pensamiento, llegamos incluso a darlo por válido cuando no tiene porque serlo en absoluto.

Valoremos entonces si aquello a lo que tememos realmente da o no da miedo, y si la respuesta es no, planteémonos: ¿por qué le temo? ¿por qué lo evito? y ¿por qué huyo si lo veo claro?.

Con más o menos miedo sería bueno que comenzásemos a actuar de un modo distinto, ayudándonos a que ese temor vaya perdiendo fuerza y poder sobre nosotros.

¡Ánimo!

Abre las ventanas, que salga el miedo

By | ansiedad, miedo | No Comments

El ser humano tiene y construye miedos constantemente, desde pequeños nos enseñan que ésto o aquello da miedo, que ésto o aquello lo debes evitar, que es peligroso. Nos enseñan a evitar lo que puede dar miedo, y de mayores, ese aprendizaje nos acompaña en nuestro día a día.

Como hemos dicho, evitar sería nuestra primera respuesta, la innato, lo que se ha aprendido, lo que se nos ha transmitido, lo que se ha hecho para para garantizar la supervivencia de la especie desde tiempo remotos.

El problema, está en que en la actualidad las personas tienden a evitar muchas situaciones que etiquetan como peligrosas, cuando realmente éstas no lo son. En un primer momento esa evitación les calma, pero a largo plazo, el no enfrentarnos a nuestros miedos, sólo contribuye a que éstos aumenten, a que cada vez nos sintamos más asfixiados, como si estuviésemos cada vez más encerrarnos en una habitación sin ventanas, sin aire.

El miedo cada vez que lo evitamos aumenta, y cuanto más miedo tenemos, más incapaces nos sentimos de ponerle solución.

Cuando uno convive con un problema que no logra solucionar y que cada vez le encierra más en sí mismo, empieza a notar afectado su estado de ánimo, cada vez  se siente más triste, ahogado, indefenso.

En esos casos, los psicólogos recomendamos acudir a un especialista de la psicología, para que nos ayude a saber cómo empezar a enfrentarnos y cómo aprender a desmentir nuestras creencias irracionales de miedo.

El miedo es natural, pero hemos de reaprender a ser realistas, a darle a cada situación la gravedad o normalidad que tiene. Hemos de ser nosotros los que elijamos, no por miedo sino por gusto, lo que queremos o no hacer en la vida.

La vida es nuestra, ayudémonos a vivirla bien y enfrentémonos a lo que nos impide vivirla a nuestro antojo.

¡Ánimo, se puede!

 

post-abre-las-ventanas