Si no juegas con fuego, te morirás de frío

No trato de hacer una invitación hacia todas las decisiones sin sentido, no, para nada, pero lo cierto es que vivir, «vivir de verdad», implica quemarse algunas veces, implica altibajos, experiencias maravillosas y otras no tanto, o incluso «malas», implica riesgo, incertidumbre, dudas, risas, llantos, dolores, descansos, etc.


La vida es eso, es vivir. Y vivir es apostar por uno, por los otros, por los sueños y por la vida. Vivir es confiar en que las cosas valdrán la pena. Vivir no es desconfiar y mirar con lupa no vaya a ser que te vuelvas a equivocar o que te engañen. «Es que en el pasado confié y me hirieron»… que nadie te engañe, que los pasos de otros por tu vida no influencien tu visión y tus ganas de seguir dando pasos.
Vivir es caminar asumiendo con gratitud todo lo que pueda venir y cuando uno apuesta por vivir de verdad, sin duda juega con fuego.
Qué bonito el fuego,una chimenea es de las cosas más preciosas del mundo, realmente atrae aunque sepamos que pueda ser peligroso.
Los hay que jamás se permitirán encender una, «¿y si me quemo?, ¿y se quema la casa?», los hay que asumirán ese riesgo y se regalarán la experiencia. Sin duda, si puedo tener esa experiencia mientras pueda yo me la regalo.

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