Dentro de las áreas que desempeña el psicólogo clínico está la que se encarga de la etapa infantil y de la adolescencia.

Mediante la evaluación y la intervención psicológica lo que se pretende es facilitar el adecuado desarrollo del niño o adolescente.

Teniendo en cuenta las limitaciones que pueden tener los niños en ciertas etapas evolutivas, para poder llevar a cabo con éxito los objetivos marcados, en esta área de la psicología será esencial la participación del niño y a menudo, resultará necesaria la colaboración familiar, integrando de este modo el sistema familiar en el proceso de terapia.

Son muchos los niños que en el algún momento de su desarrollo necesitan acudir al psicólogo. Es verdad que hay una tendencia a preocuparse en exceso y que esto, hace que padres o familiares vean como preocupantes o problemáticas conductas que son normales para la edad del niño, pero incluso en esos casos, comprobar que lo que tú hijo está pasando es algo “normal” para su edad resulta muy positivo tanto para los padres como para los niños, y gracias al asesoramiento se pueden adquirir ciertas pautas o herramientas que favorezcan el buen desarrollo y un mejor clima familiar.

No vivimos de la misma manera el cuidado a uno mismo que el cuidado a los demás, sobre todo si hablamos de nuestros hijos, así, en la mayoría de los casos, son los padres los que vienen preocupados por dificultades o problemas que perciben en sus hijos.

Otra labor que realiza el psicólogo infanto-juvenil es la de orientar y asesorar a los padres sobre temas de educación, conciliación familiar y dificultades en el ámbito escolar y de aprendizaje.

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