All posts by Mireia Montaña Queralt

Antes de hacer promesas piensa en si realmente deseas cumplirlas

By | Solución de problemas | No Comments

Hay muchas personas que sin pensarlo dicen sí, que sin tener en cuenta lo que eso implicará se comprometen.
Es cierto que las promesas siempre se tienen que entender en función del momento que estamos viviendo, quiero decir, puedo comprometerme a amar a alguien y a compartir mi vida con él/ella, pero es evidente que esa promesa va unida a la realidad que se vive en ese momento, si pasado el tiempo la realidad cambia, hay que poder entender que la persona pueda cambiar de opinión con respecto a la promesa que hace tiempo hizo. Si por ejemplo decido emprender debo comprometerme con todo lo que esa decisión implique, debo colaborar en todo lo que esté en mi mano para hacer que mi propósito tenga sentido, ahora bien, si pasado el tiempo mi deseo no marcha quizás mi promesa de invertir toda mi energía en ese proyecto quizás deje de tener sentido y sea necesario aceptar que a día de hoy quizás es bueno que empiece a invertir mi energía en otro lugar. 


Evidentemente que ahora queramos algo y que nos compense no implica que eso vaya a ser así toda la vida, puede que cambiemos y que con el tiempo también cambien nuestros intereses o la realidad que vivimos ya no sea en absoluto similar a la que nos hizo comprometernos.
En cualquier caso, independientemente de que podamos cambiar de opinión por motivos diversos, también es cierto que para comprometernos con algo o alguien es bueno que primero nos planteemos todo lo que va a implicar esa promesa, que pensemos en si realmente aceptamos todo lo que conlleva y si estamos dispuestos a cuidarlo. A la hora de decir sí, no todo es afirmar en un primer momento, también implica seguir cuidando la realidad para que la promesa pueda seguir teniendo sentido. Dicen que antes de sembrar la semilla debemos pensar en si podremos regar la flor, me encanta esa frase porque desde mi punto de vista es una gran verdad, hay muchas personas que enseguida se animan a plantar semillas pero que no se plantean que para que crezca una flor esa acción inicial requerirá de muchos cuidados y mucha atención por su parte. Muchas personas piensan que con tomar la decisión de plantar la semilla y con plantarla ya es suficiente, y no es así, no lo es en absoluto. Tomar una decisión conlleva comprometerse con esa decisión, responsabilizarse de ella y tratar de garantizar al máximo que progrese. Antes de decir sí hay que plantearse si verdaderamente estamos dispuestos a invertir todo el esfuerzo que precisará hacer que la decisión tomada pueda mantenerse en el tiempo.
No es bueno ni que juguemos con los sentimientos de las personas ni con los nuestros. 

Si deseas sanar ya tienes el 50% de la cura ganada

By | Solución de problemas | No Comments

El deseo de ser curado es una parte clave, necesaria, imprescindible para poder curarse.
Muchas personas van al psicólogo pensando que tenemos pociones mágicas, frases clave que les cambiarán la vida, consejos que les ahorrarán el dolor o el miedo. Lo lamento, pero aclaro públicamente que no es así, no somos magos, somos personas que damos herramientas para que las personas aprendan a vivir con mayor serenidad, eso no implica evitarles miedo ni tristeza. Yo soy psicóloga y a veces también tengo emociones «negativas», quizás lo único es que las acepto, las normalizo o incluso las quiero tener. Llorar, perder o tener miedo es el precio de amar, confiar, arriesgar y permitirse cambios, y como todo eso lo quiero en mi vida entiendo de antemano que las emociones «negativas» también tendrán a veces sus espacios en mi experiencia vital. Me niego a no experimentar cosas por ahorrarme lo malo, para nada, al fin y al cabo sé que todo pasa, bueno o malo, así que sin miedo lo acepto.


Retomo, para poder volver a la calma uno/a tiene que colaborar, para poder cambiar uno/a debe querer ese cambio, el cambio siempre es algo que se crea desde dentro, si uno/a mismo/a no se lo permite no habrá psicólogo/a en el mundo que pueda ayudar a generarlo.
Si verdaderamente quieres empezar a vivir mejor entonces cree en ello, confía en ello e implícate en que ocurra. Dicen que si lo crees lo creas así que por ahí hay que empezar, por desear mejorar y permitírselo. 

Ser uno mismo sin importar lo que otros harán con ello

By | sentido de vida | No Comments

Algunas personas vienen a consulta y me dicen cosas como: «Si es que… ya sé que mi error es darlo todo cuando quiero a alguien», «ya sé que debo dar menos» «es que soy tonto/a», «es que debo aprender a ser más desconfiado/a»…
Personalmente, no sé si mis amigos, conocidos o desconocidos psicólogos compartirán mi opinión, pero para mi, dar lo mejor de uno nunca puede ser una mala decisión, del mismo modo que tampoco lo es pensar bien de las personas de antemano.


Es evidente que el precio de entregarse es poder sufrir más de lo deseado, pero cada uno/a debe saber quién es y quién quiere ser, cada uno/a debe saber qué actos quiere que le definan, y cada persona debe pensar en qué debe hacer para ser consecuente consigo misma y por lo tanto poderse acostar cada día en paz. Los demás que se comporten como consideren, pero nosotros/as, independientemente de cómo puedan llegar a sorprendernos las conductas de algunas personas que pasan por nuestra vida necesitamos ser fieles a nuestro yo.
No te arrepientas de haber dado lo mejor de ti, que alguien no haya sabido apreciarlo no implica que haberlo dado haya sido una mala decisión.
No permitas que las conductas de otras personas modifiquen tu esencia, y menos aún si en realidad lo que en verdad desearías encontrar es una persona que viva la vida y las relaciones como tú.
(¡Cuidado! No olvidemos que darlo todo está fenomenal, sobre todo si eres de esas personas, pero recuerda que esa práctica nunca puede implicar quedarse sin nada). Entrega lo mejor de ti, pero no olvides cuidarte a ti también. 

Cada uno tiene sus goteras…

By | Empatía | No Comments

Mis pacientes muy probablemente conocerán ya esta frase, insisto mucho en ella en consulta, me parece tan cierta que siempre la recuerdo.
Hay muchas personas que se atreven a opinar o incluso a juzgar a otras personas o a otras parejas sólo por la imagen que perciben de ellas, como si eso tuviese que encajar a la perfección con la realidad… Lo cierto es que eso casi nunca suele ser así, la verdad es que la mayoría de las personas guardan para sí mismas sus propios secretos, (o los comparten con el/la psicólogo/a). Muchas personas dan una imagen que luego no coincide con la verdadera realidad de quiénes son, hay infinitas personas que parecen felices y no lo son, personas que parecen fuertes y no lo son, personas que aparentan tener una elevada autoestima pero que luego en realidad se quieren muy poco. 


Personalmente no soy muy partidaria del hablar de los demás, ¿para qué? Se me ocurren muchas mejores maneras en las que invertir mi tiempo y mi energía, además ¡qué sé yo en verdad de la realidad de esa persona?, ¿Qué sé yo de lo que pasa en su interior?
En cualquier caso, aunque lo supiese todo a la perfección acerca de una persona, ¿qué pasa si alguien se equivoca a la hora de tomar decisiones? ¿acaso tú no te has equivocado nunca? ¿Qué pasa si alguien tiene una manera de entender el mundo y las relaciones distinta a la tuya? ¿Es tu manera de entender las cosas la única realmente válida?
Sería bueno que empezásemos a respetar más a las personas, que aprendiésemos a no juzgarlas, a no hablar mal de ellas, a no criticarlas y a no decidir desde nuestro prisma qué es lo que realmente necesitan.
Tendríamos que pensar que en realidad en todas las casas hay alguna que otra gotera, o la ha habido, o la habrá y que por lo tanto, bastante tenemos ya cada uno con lo nuestro como para perder tiempo en hablar de las goteras que los demás tengan. En mi opinión lo interesante es ocuparse de las de uno y sólo intervenir si nos lo demandan, evidentemente siempre desde el respeto, la aceptación y la verdadera empatía, ponernos en la piel del otro desde sus zapatos, no desde los nuestros, (solemos confundir el término).

No desear para nosotros cualquier cosa…

By | Terapia de pareja | No Comments

Muchas personas se cuestionan qué hacer para que alguien vuelva a su lado, es evidente que en algunos casos la persona que se ha alejado de nuestra vida puede que lo haya hecho porque en su día nosotros no la estábamos valorando como merecía, en esos casos, entiendo que uno/a se plantee en un momento inicial qué hacer para intentar remediar ese despiste del pasado. Lo entiendo, y hay maneras de intentar rectificar, y tiene sentido tratar de llevarlas a cabo. Aunque también es verdad que eso debemos hacerlo si a día de hoy tiene sentido para nosotros intentarlo, no sería lógico mantener a alguien a nuestro lado sólo por no sentirnos solos o perdidos.


Una vez puestas en marcha todas nuestras armas para intentar recuperar esa relación, si la persona no accede a nuestras propuestas no nos tocará nada más que aceptarlo y seguir hacia adelante con nuestra vida, aprender de la experiencia y perdonarnos, tener compasión y no culparnos por los errores del pasado.
Ese es un caso en concreto, pero hay otros, en los que la persona quiere recuperar una relación en la que la otra persona no la valoraba lo suficiente, casos en los que la persona que se aleja lo hace no por cómo se ha comportado o dejado de comportar la otra persona sino simplemente porque quién es no le llena lo que espera para mantener una relación. En esos casos aunque nosotros hayamos dado lo mejor de nosotros no somos lo que la otra persona espera.
Hay veces en las que por mucho que podamos ser maravillosos no despertamos en alguien los sentimientos necesarios para que nos elijan, nos agrade o no, lo compartamos o no, nos haga daño o no ocurre. A veces somos la persona no elegida y otras veces somos nosotros quienes rechazamos la compañía de alguien. Como siempre digo, en la vida a veces somos cuchillo y otras herida, hay que aceptarlo como parte de la experiencia vital.
Cuando nos toca ser la herida, cuando somos nosotros los que vivimos ese rechazo nos guste más o menos nos toca trabajar en la aceptación, seguir con nuestra vida y enfocar nuestras energías en el día a día, en cuidarnos y en darnos el tiempo necesario pero sin parar de caminar hacia delante.
Muchas veces en ese caso la persona sólo se centra en cómo hacer para recuperar a la persona que ha decidido libre, voluntaria y conscientemente marcharse y, lo lamento, pero su propósito no parece tener mucho sentido, por no hablar del daño que esa meta puede ocasionarle.
Si nos dejan necesitamos trabajar más que nunca nuestra autoestima, no creer que somos poco valiosos porque alguien ha elegido seguir sus pasos sin nosotros como acompañante. Necesitamos valorarnos, desearnos lo mejor, confiar en nosotros, en la vida y en el tiempo y mirar hacia delante. Dicen que si te vas y no te detienen tienes que seguir caminando porque es evidente que has tomado una buena decisión. Perder a alguien duele, lo sé, a los psicólogos también nos pasa, pero sin duda duele mucho más perderse a uno mismo por querer recuperar a alguien que ha decidido irse.
Hay que quererse hasta que no cualquier compañía nos sirva. Quererse hasta que mendigar amor no entre en absoluto en nuestros planes.
Quererse hasta que sólo queramos compartir nuestro amor con aquellas personas que nos eligen porque no dudan de nuestro potencial.
Si sigues anclado/a a quién se fue, ¿a qué esperas para trabajar tu autoestima?

Aceptarse

By | Aceptación | No Comments

No tiene sentido no hacerlo.
Necesitamos aceptarnos, querernos, respetarnos y valorarnos.
Mark Twain decía que una persona no puede estar cómoda sin su propia aprobación, y tenía razón, sin duda para sentir calma con la vida primero deberemos trabajar la aceptación con nosotros/as mismos/as.
Aceptarnos no implica resignarnos, ni conformarnos, ni no poder cambiar aquello que podemos cambiar. Aceptarnos tampoco implica aprobar ni mantener aquello que no nos agrada y que podría ser de otra manera.
Aceptarnos conlleva NO juzgar nuestras decisiones del pasado con dureza, por el contrario, requiere que comprendamos que en aquel momento éramos quiénes éramos, sentíamos lo que sentíamos, veíamos lo que veíamos y sabíamos lo que sabíamos. No podemos criticar nuestras decisiones pasadas porque a día de hoy entendamos que tomaríamos otras si pudiésemos hacerlo, que a toro pasado todo pueda tener otra claridad no implica que por entonces la hubiese o que pudiésemos alcanzarla. No podemos criticar quiénes fuimos porque ahora seamos de otro modo, podemos, pero no tiene mucho sentido hacerlo, es más es bastante doloroso e improductivo.
Para aceptarnos necesitaremos observar nuestra historia por completo, no sólo centrarnos en aquellos episodios en los que entendemos que fallamos, es evidente que en otros muchos podemos estar orgullosos de nosotros/as mismos/as y merece la pena detenerse también en esos recuerdos.
Para aceptarnos deberemos entender que somos humanos, como todos, y que como tal, nos equivocamos y nos equivocaremos, «el que nunca se equivoca es porque nunca hace nada», no conviene negar esa realidad ni tampoco rechazarla.
Imagina que tienes un coche que te lleva a todas partes pero que ya empieza a darte algún que otro problemilla, quieres un coche nuevo, ¿tiene sentido que puedas quererlo?, sin duda sí, podemos desear un cambio, podemos quererlo e ir a por él, ahora bien, ¿tendría sentido que odiásemos nuestro coche actual, el que nos ha acompañado y permitido tantas aventuras y que lo maltratásemos sólo porque queremos uno nuevo que tiene algunas mejoras? ¿tendría sentido que como ahora queremos otro coche sólo viésemos lo malo del actual? El coche viejo no es solamente los problemillas que pueda habernos ocasionado en el último tiempo, es mucho más que eso.
No sé si os estoy liando, (espero que no), lo que quiero decir es que por mucho que queramos otra realidad, (que podemos quererla y colaborar para que ocurra), mientras vivamos la que vivimos es importante que la amemos, que aceptemos el momento que vivimos y que lo queramos también. Necesitamos aceptar quiénes somos, reconocer nuestras valías y hablarnos con amor, lo necesitamos porque sin eso sólo haremos que construir un nuevo yo que cada día nos gustará menos. Si queremos aceptarnos sólo nos queda tratar de dar lo mejor de nosotros cada día, y para poder hacer eso es esencial tratarnos bien, con cariño, respeto y aceptación.

 

Aprender a no estar solo

By | Autoestima | No Comments

Madurar es responsabilizarse del propio bienestar. Es entender que quererse bien es tomar la decisión de alejarse de todo aquello que nos hace sentirnos mal con la realidad o con nosotros mismos. Es asumir que esa decisión de cuidarse y de valorarse es nuestra, que nadie puede tomarla por nosotros, que o lo llevamos a cabo o nuestra realidad sólo hará que empeorar. Aunque le/la queramos, aunque nos atraiga, aunque tengamos miedo a la soledad, aunque lo que vamos conociendo sea peor que lo que tenemos, da igual, si no es para nosotros no lo es, si no nos aporta calma no tiene sentido que nos conformemos, si no nos da más bienestar no vale la pena seguir ahí, es momento de tomar decisiones responsables, adultas, maduras. 


Hay que trabajar la autoestima, hay que empoderarse, darse cuenta de la valía personal y a partir de entonces entender la verdad de la vida, que no cualquier compañía vale, que la soledad no es peor que una mala compañía, que quererse implica alejarse de todo aquello que nos resta. Madurar es elegir, elegir bien, y sobre todo priorizarse por encima de cualquier miedo. El miedo a la soledad no puede ser mayor que el miedo a perderse a uno mismo. Elegir bien es cuidarse, es señal de salud personal, es consecuencia de una autoestima trabajada. Quieres quererte pero al mismo tiempo sigues al lado de alguien que no te hace saber lo que vales, a quién no admiras, eso es un poco incompatible. Si verdaderamente quieres estar bien contigo mismo empieza a elegir a quién le regalas tu tiempo. No cualquiera merece ese privilegio.

 

Valorar lo que tenemos

By | sentido de vida | No Comments

Este fin de semana he tenido la visita de una muy buena amiga, un regalo de esos que te da la vida, ☺️.
En nuestras eternas charlas de pronto se planteó una pregunta que para mi fue brillante y tuve que detenerme a escribirla porque pensé que era fantástica para hacer un post. Aquí estoy, ya me diréis si os gusta o no…
Este año a mi amiga le diagnosticaron Esclerosis múltiple, una enfermedad crónica del sistema nervioso central que de momento no tiene ni una causa ni una cura clara. Se habla mucho de ella, pero no sé si sabéis que según dicen en la página http://www.esclerosismultiple.com/ afecta a 2.500.000 personas en todo el mundo, son muchas personas las afectadas por esta enfermedad.
La cuestión es que mi amiga, dándome un claro ejemplo de buena actitud se planta frente a mi y me dice que lo mejor que le ha podido pasar en la vida ha sido que le diagnosticaran la enfermedad. Me lo dice y lo cree.
Empieza a explicarme que al principio fue un shock, que evidentemente se enfadó y lloró, pero que después entendió que a ella le había tocado eso, ¿qué podía hacer?, «Claro Mireia, estamos acostumbrados a: Te pasa X, tómate este fármaco tantos días y se te pasará, pero resulta que lo mío no se va, me medico y nada se cura…». Así es a día de hoy.
Le impactó la noticia pero por suerte pronto entendió que su vida no era sólo la enfermedad, su vida era mucho más que eso.
Me contaba que antes tenía siempre otra actitud, (doy fe, no es que fuese negativa, para nada, pero es verdad que ahora es mucho más optimista que antes). Además ahora era mucho más consciente de todo lo que tenía, de todo lo que la vida le había puesto delante, de todo aquello por lo que podía estar agradecida. Me recalcaba la importancia que ahora tenía todo lo que vivía, que ahora vivía mucho más en el momento presente. 
La cuestión es que es evidente que la mayoría de las personas podemos encontrar algo en nuestra vida que no nos agrade o que no sea como nos gustaría, pero aceptando que esa realidad es la que es, ya sólo nos queda:
1. No convertir nuestra vida en aquello que desearíamos tener y no tenemos.
2. No reducir nuestra vida a aquello que nos ha tocado vivir y que no nos agrada.
3. Agradecer todo aquello que nos suma en el día a día.
4. Tratar de vivir el momento presente, no dejarlo todo para otro día ni estar básicamente con el telefonito… mientras estamos con personas a las que queremos.
5. Aprender a querer bien aquellas cosas que hacen que nuestra vida valga la pena.
¿Crees que quieres bien todo lo que afortunadamente tienes?
Todo no lo podremos tener, pero todo lo que tenemos siempre podremos quererlo mejor, esa es una buena dirección de cambio.

Y lo que pasó ya no habla de nuestro presente

By | Aceptación | No Comments
Entre las cosas que nos hacen perder mucha energía se encuentra el darle vueltas a una situación que no podemos cambiar, el enfadarnos y/o resignarnos con lo inevitable. Sin duda el desgaste físico y mental que eso produce es inmenso, (recuerdo, como apunte, que no tenemos tanto tiempo en la vida como para saber que lo estamos perdiendo y aún así seguir haciendo lo mismo, la cosa no está como para desperdiciar vida, ahí lo dejo).
La esencia de la vida es ir hacia delante, pero a veces nos empeñamos en seguir estando en un lugar que a día de hoy no tiene razón de ser.
Aceptar nuestro pasado es aceptarnos a nosotros mismos, aceptar nuestros actos, nuestros aciertos y nuestros fallos, aceptar nuestras pérdidas o ganancias, aceptar todo lo que ha formado parte de nuestra historia.
Negar nuestro pasado es negar nuestras experiencias, nuestros recuerdos y una parte del quiénes somos hoy.
Es evidente que de unos actos estaremos más orgullosos que de otros.
Es evidente que unas cosas nos generarán un recuerdo más o menos bonito, pero al final, lo que ha sido ha sido, no podemos echar marcha atrás, ahora sólo nos queda seguir hacia delante.
Quedarnos estancados tampoco resulta útil.
Como dicen, no podemos leer el siguiente capítulo de nuestra vida si sólo hacemos que dedicar tiempo a releer el último.  ¿Para qué? ya está, déjalo pasar, suéltalo, llora lo que tengas que llorar, háblalo si lo necesitas, acude a un profesional, viaja, haz algo, lo que sea, pero no conviertas tu vida en un eterno lamento, no te dejes llevar por la inercia y la apatía centrándote sólo en aquello que pasó de un modo distinto a como hubieses deseado, no te hagas eso, seguro que no te lo mereces, seguro que si te lo permites podrás sorprenderte de nuevo al caminar hacia delante.
Aprende de ese pasado, no trates de cambiarlo pero aprende de él. Aprende todas las lecciones que te dé: no eres perfecto/a; las cosas no siempre son como uno desearía; a veces en la vida uno pierde; a veces en la vida uno se equivoca y luego tiene que cargar con las consecuencias… Todo lo que tenga que decirte tu experiencia es conocimiento para ti, ¡úsalo!
Perdona, a quien necesites perdonar, a la vida, a ti, a quién creas que se comportó mal, perdona todo lo que te ancla en el pasado porque hasta entonces no lo podrás soltar y seguirás viviendo como máximo a medias.
Tenemos que tener en cuenta que el pasado es un sitio de referencia, no un sitio de residencia así que para poder vivir en otros lugares, necesitaremos alimentarnos de curiosidad, amor hacia la vida y hacia nosotros, y sobre todo esperanza y compasión, creer en la vida y no culparnos más por lo que no nos agrada.
El pasado siempre va a estar ahí, no podemos borrarlo porque aparece en canciones, en lugares, en frases, en gestos, el pasado constantemente hace pequeñas apariciones, es por esto que no podemos borrarlo, (sería una meta irreal), necesitamos sin duda reconciliarnos con él, permitir que se pasee por nuestra vida cuando tenga que hacerlo pero tener claro que nosotros ya no vivimos allí
Que el pasado haga actos de presencia sólo quiere decir que lo has vivido. Y ahora ya da igual si te gustó mucho o poco. Ahora ya no importa si podías haber hecho algo distinto o si no, ahora ya no estás allí. Ahora tienes otros caminos que recorrer, si te lo permites, claro…

El valor de comprometerse

By | sentido de vida | No Comments

La actitud que tenemos frente a una situación de cambio es el primer paso para poder lograrlo. Sin duda no dependerá exclusivamente de ello, hay otros factores como el conocimiento que tengamos de los requisitos para llevarlo a cabo, la práctica, el buen manejo, nuestra autoestima, la seguridad en nosotros mismos… pero sin duda, estar comprometido al 100% es el 50% del éxito para lograr aquello que nos proponemos.
Tener metas está fenomenal, pero hay que llevarlas a cabo, sino vamos dando pasos y los llevamos a la realidad se quedan en simples deseos de mejora. Para poder ver cambios necesitaremos pasar a la acción, y para llegar ahí, primero deberemos comprometernos con nosotros mismos, con nuestros sueños y con las metas que vayamos planteándonos. 


Podemos preguntarnos cosas como:
¿Esa meta es tuya o te viene impuesta?
¿El deseo de cambio nace de ti o crees que debes hacerlo para complacer a otros?
¿Cuánto de importante es para ti intentarlo?
¿Qué consecuencias tendría para ti darte la oportunidad de probarlo?
¿Qué pierdes por no llevarlo a cabo?
Shearson Lehman dice:
Compromiso es lo que transforma una promesa en realidad.
Es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones.
Es la acción que habla más alto que las palabras
Es hacerse el tiempo cuando no lo hay.
Es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas.
Compromiso es el material con que se forja el carácter
para poder cambiar las cosas
Es el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo.
No me pueden gustar más las cosas que implican el compromiso. Como final citaré una frase de Anne Campbell que también me apasiona:
«Amor significa comprometerse sin garantías».
Porque no controlamos casi nada, porque no sabemos que va a poder pasar, pero por suerte siempre podremos decidir comprometernos con nosotros, con la vida y con las personas a las que queremos, como podamos, pero hacerlo.
Y no todo irá como la seda, para nada, pero siempre tendremos opciones si nos acompaña una buena actitud.
¡¡¡¡¡Feliz fin de semana!!!!