Antes de hacer promesas piensa en si realmente deseas cumplirlas

Hay muchas personas que sin pensarlo dicen sí, que sin tener en cuenta lo que eso implicará se comprometen.
Es cierto que las promesas siempre se tienen que entender en función del momento que estamos viviendo, quiero decir, puedo comprometerme a amar a alguien y a compartir mi vida con él/ella, pero es evidente que esa promesa va unida a la realidad que se vive en ese momento, si pasado el tiempo la realidad cambia, hay que poder entender que la persona pueda cambiar de opinión con respecto a la promesa que hace tiempo hizo. Si por ejemplo decido emprender debo comprometerme con todo lo que esa decisión implique, debo colaborar en todo lo que esté en mi mano para hacer que mi propósito tenga sentido, ahora bien, si pasado el tiempo mi deseo no marcha quizás mi promesa de invertir toda mi energía en ese proyecto quizás deje de tener sentido y sea necesario aceptar que a día de hoy quizás es bueno que empiece a invertir mi energía en otro lugar. 


Evidentemente que ahora queramos algo y que nos compense no implica que eso vaya a ser así toda la vida, puede que cambiemos y que con el tiempo también cambien nuestros intereses o la realidad que vivimos ya no sea en absoluto similar a la que nos hizo comprometernos.
En cualquier caso, independientemente de que podamos cambiar de opinión por motivos diversos, también es cierto que para comprometernos con algo o alguien es bueno que primero nos planteemos todo lo que va a implicar esa promesa, que pensemos en si realmente aceptamos todo lo que conlleva y si estamos dispuestos a cuidarlo. A la hora de decir sí, no todo es afirmar en un primer momento, también implica seguir cuidando la realidad para que la promesa pueda seguir teniendo sentido. Dicen que antes de sembrar la semilla debemos pensar en si podremos regar la flor, me encanta esa frase porque desde mi punto de vista es una gran verdad, hay muchas personas que enseguida se animan a plantar semillas pero que no se plantean que para que crezca una flor esa acción inicial requerirá de muchos cuidados y mucha atención por su parte. Muchas personas piensan que con tomar la decisión de plantar la semilla y con plantarla ya es suficiente, y no es así, no lo es en absoluto. Tomar una decisión conlleva comprometerse con esa decisión, responsabilizarse de ella y tratar de garantizar al máximo que progrese. Antes de decir sí hay que plantearse si verdaderamente estamos dispuestos a invertir todo el esfuerzo que precisará hacer que la decisión tomada pueda mantenerse en el tiempo.
No es bueno ni que juguemos con los sentimientos de las personas ni con los nuestros. 

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